De políticos a politiqueros

Imaginen qué pudiera hacerse con un mil quinientos millones de quetzales para remodelar escuelas. ¡Cuánto podrían tener esos edificios que hoy se están cayendo! Cuántos servicios sanitarios podrían repararse y chorros con agua corriente. Cuántas canchas deportivas y juegos se podrían construir para que los estudiantes pudieran desarrollar sus habilidades. Cuántos escritorios de calidad en las aulas. Cuántos pizarrones útiles. Cuántos, cuántos, cuántos sueños de cualquier maestro podrían ser realidad. Pero lamentablemente ese dinero no lo tiene “para eso” el Ministerio de Educación.

El mes entrante se entrega al Congreso, por parte del Ejecutivo, el proyecto del presupuesto general de ingresos y egresos del Estado para el año 2014. Son miles de millones los que bailan y se destinan para las prioridades del gobierno. Es a través de esta herramienta donde se puede constatar qué es lo importante para ellos.

 Se puede observar que hay un aumento de más de dos mil millones de quetzales a educación; no para la razón de ser de esta cartera —que son los estudiantes y situaciones adecuadas de aprendizaje— se incorporan porque, tras besos y abrazos, el presidente, la vicepresidenta y la ministra de Educación firmaron un convenio con el sindicato oficial de maestros, donde se otorgó un aumento salarial porque sí. Eso sí, con ello los han tenido calladitos y dóciles. Pareciera lógico de hacerse, pero muy caro con tanta necesidad.

Bien se puede hacer el recorrido de este sindicato. Recordemos cómo el gobierno de Portillo les otorgó aumentos salariales, disminuyó el tiempo del escalafón y otras prebendas. Pero fueron ellos, los sindicalistas, quienes al notar que cambiaría el color del gobierno, dejaron a los azules y se fueron con los verdes. Con ello se perdió la gran oportunidad de profesionalizar a más de 60 mil maestros del sector público que hoy fueran licenciados y si el programa hubiese continuado, tendríamos a todos los maestros con ese grado académico, sin necesidad de haber condenado a muerte a las normales. Luego de otros abrazos y besos con Colón, lograron una indemnización sin precedente —de varios millones de quetzales—, pero se fueron a campaña con los naranja. Ahora tranquilitos y quietos, esperemos para ver cuál será el color que porten en el cuello la próxima campaña electoral.

Lamentable que nuestros políticos se conviertan en politiqueros, que no aprendan del pasado. Terrible que gasten el dinero de los niños, del desarrollo de la educación del país, en continuar la pobreza. Cómo podemos creer que están haciendo esfuerzos por la calidad de educación, cuando se tiene a la vista un presupuesto donde la inversión es casi nula, donde llora sangre la cantidad de dinero de la cartera que se negoció y no para mejorar la alimentación de estudiantes en un país desnutrido. Cómo creer cuando el presupuesto nos dice totalmente otra cosa. Lógico esperar que todo lo poco que se haga tendrá que venir de la comunidad internacional, con préstamos o donaciones, pero ojo, ni modo que limosneros y con garrote.

Publicado el 23 de Agosto 2013 en www.s21.com.gt por Lucrecia de Palomo
http://www.s21.com.gt/cuaderno-escritor/2013/08/23/politicos-politiqueros

No Responses

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


The reCAPTCHA verification period has expired. Please reload the page.