Desafío impostergable

Entre ilusiones y esperanzas para casi un millón de guatemaltecos, la propuesta de reforma migratoria avanza en Estados Unidos y significará verdadera oportunidad para miles de guatemaltecos. Lo cierto es que hoy el sueño de la legalización migratoria se debate en el juego político norteamericano, como lo señala Daniel J Leraul en su artículo ¿Reforma migratoria en Estados Unidos?, publicado el 22 de julio en la jesuita Revista Sur, editada en Chile. Por un lado queda el discurso del presidente Obama, sobre la reforma,

y por el otro queda una nueva estrategia electoral de los republicanos.

No obstante, hay una fase que se debe atender si se vuelve factible la aprobación de esta propuesta y la misma incluyera las condiciones actuales de nuestros connacionales. Hay que documentar pronta y eficientemente a los chapines, para que la reforma los beneficie.

Entiendo que es preocupación del Ministerio de Gobernación y la Cancillería guatemalteca. Conservadoramente se estima que cerca del medio millón de connacionales necesitan pasaporte y DPI, por lo que se deberá complementar una estrategia para documentar a nuestros paisanos en Estados Unidos. Es una realidad ineludible que a estas alturas no está en discusión, pues entre las carreras de quienes persiguen el “sueño americano”, los documentos chapines quedaron en el fondo de una gaveta y fueron desplazados por la premura, la secretividad y las precauciones que debe tomar quien vive indocumentado en otra nación.

Si las autoridades hubieran tomado en cuenta esta conjunción de circunstancias, quizá hubieran prolongado la vigencia de la cédula de vecindad. Sin identificación legalmente reconocida por Guatemala, nuestros paisanos enfrentarán un limbo ante las autoridades norteamericanas y deberán recurrir a más y más tortuosas maniobras para legalizar su situación. Por eso es que vale la pena que se atiendan peticiones puntuales como las de las organizaciones de migrantes, que están pidiendo una respuesta práctica anticipando escenarios complicados como los que surgirán para los indocumentados ante la reforma migratoria. Obviamente, lo más efectivo sería prolongar la vida legal útil de la cédula a todo guatemalteco residente fuera del país, con lo cual quedaría parcialmente resuelta esta crisis anunciada, lo que hoy aún es improbable.

Pensemos en lo siguiente: más allá del drama humano de la migración ilegal y en el cual se implican situaciones económicas y sentimentales a la hora de viajar están los aspectos prácticos, que deberían servir como argumento de total peso para quienes tomarán decisiones al respecto de este tema. Los migrantes enviaron durante el primer semestre de este año US$2,478.52 millones, informó el Banco de Guatemala. La cifra es 5% mayor a lo registrado en el primer semestre del 2012 y se espera que a finales de año haya superado la barrera de los US$5 mil millones. Las remesas mantienen a flote la economía nacional y debe atenderse el tema con seriedad. O se documentan los connacionales para que se beneficien de la reforma, o se extiende la vigencia de la cédula. Una u otra.

Desde el punto de vista más frío, es indispensable cuidar a quienes en varios artículos he llamado héroes anónimos de nuestra economía. Desde el punto de vista humano, es obligación del país facilitar el cumplimiento del derecho humano a la identidad de nuestros connacionales.

Publicado el 14 de Agosto 2013 en www.prensalibre.com por JULIO LIGORRÍA CARBALLIDO
http://www.prensalibre.com/opinion/Desafio-impostergable_0_974302591.html

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