Deuda: La historia se repite

El presupuesto es como un gran saco roto: con miles de hoyos.

El verdadero problema del nuevo endeudamiento no es lo que representa en términos del crecimiento de la deuda pública, o el impacto que tienen los gastos adicionales sobre el déficit fiscal. Si bien estos problemas pueden ser muy graves, no dejan de ser síntomas de un mal mucho mayor. Creer que existen buenos motivos y malos motivos para endeudarse, es puro espejismo. En las condiciones actuales, todos los motivos son malos. Mientras no haya prioridades claras en el gasto público, no se evalúen sus resultados y existan mecanismos que garanticen su eficiencia, cada quetzal que caiga en el Presupuesto de Ingresos y Egresos del Estado terminará siendo mal utilizado. No hay que engañarse, el Presupuesto es como un gran saco roto. Quetzal que entra, quetzal que se pierde a través de uno de los miles de hoyos de dicho saco. Más que oponerse al destino del nuevo endeudamiento, a lo que hay que oponerse es a que los fondos públicos se utilicen mal, sin prioridades, sin evaluación y sin control.

 

Si el verdadero problema fuera el destino de los recursos provenientes de la deuda, el Gobierno siempre podría ingeniarse motivos nobles que justificaran la misma. Nadie se opondría a utilizar el endeudamiento para financiar asuntos como mejorar la educación primaria, reducir la desnutrición infantil o una importante carretera. No obstante, el problema de fondo no se soluciona con tan solo mencionar un noble objetivo. Mientras el gasto público no responda a una estricta priorización y no se evalúe adecuadamente su calidad y efectividad, no existe garantía alguna de que ningún préstamo, independientemente de quién lo otorgue, será bien utilizado.

Estos argumentos se han repetido tantas veces que ni siquiera hace falta escribir algo nuevo. Las líneas de arriba son una copia textual de lo que se dijo en esta columna acerca de los Eurobonos en el año 2002, durante el gobierno de Alfonso Portillo. Las similitudes y paralelismos con lo que sucede ahora no son coincidencia, son producto de que el problema fundamental sigue sin resolverse: el crecimiento del gasto público sin control y la mala calidad del mismo. Según parece, nada podrá impedir que la historia se repita.

Publicado el 05 Agosto 2013 en www.elperiodico.com.gt por HUGO MAUL R.
http://elperiodico.com.gt/es/20130805/opinion/232177/

 

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