El ministro de Cooperación Internacional de Noruega Heikki Holmas en entrevista publicada por elPeriódico el domingo pasado, declaró que la mayor cooperación que ese país da a Guatemala es la del programa maya, “consistente en organizar gente y apoyarlos en su lucha por hacer valer sus derechos fundamentales”.
Las cándidas declaraciones de Holmas tienen más aristas que las de un poliedro. Pero pienso que todos se las agradecemos por ser tan sinceras. Yo ingenuamente pregunto, ¿podría el gobierno de Guatemala apoyar económicamente a las Damas de Blanco, que en Cuba reclaman también derechos humanos fundamentales? ¿Podría el gobierno de Guatemala cooperar con los periodistas venezolanos cuyos derechos de libre expresión han sido claramente violados por el gobierno de Chávez? ¿Qué pasaría si el gobierno de Guatemala diera soporte económico a los indocumentados en Estados Unidos, para que estos defendieran sus derechos, y en esa tarea, con los recursos guatemaltecos, paralizaran las entradas de Nueva York y Washington?
Ahora bien, ¿no debería el gobierno de Noruega ser transparente e informar al gobierno de Guatemala y a su población los montos de esa cooperación y los destinos dados a esos fondos, y si se aseguró que los recursos se usaran dentro de la ley, y no para infringirla como en bloqueos de carreteras, que además causan millonarias pérdidas económicas al país, o peor aún en quema de vehículos y amenazas y hasta asesinato de personas? Porque no dudo que pueden unirse la candidez noruega con lo zamarro de algunos guatemaltecos, y que los famosos fondos de cooperación terminaran en acciones que afectan gravemente al país.
Si esa “cooperación” hubiera sido transparente y pública, podríamos saber si la misma derivó o no en actos reñidos con la ley o en perjuicio económico de los guatemaltecos y del país, y hasta ¿por qué no? demandar al gobierno de Noruega en caso de que así hubiera sido.
Cuando en el próximo bloqueo de carreteras tenga que esperar horas bajo el sol hasta podría gritar:¡Noruegans go home! Si la cooperación noruega deriva en causar daños al país, yo, y muchos, pensamos que mejor deberían metérsela en el bolsillo y dejarnos en paz.
Y yo evoco a Pepe Batres Montúfar cuando, seguramente decepcionado como yo, exclamó: “Cara y desventurada Patria mía” Porque las declaraciones del ministro Holmas son una afrenta que el país seguramente dejará pasar, y así confirma que, como bien lo dijo elPeriódico recientemente, Guatemala está de cabeza.
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