Ese tumor llamado corrupción

Entre muchos males que aquejan al Estado, la corrupción es el peor. Lo es, porque erradicarla es casi imposible y porque es altamente contagiosa. Muchos políticos ni siquera han llegado al poder y ya se valen de ella para alcanzar sus espurios intereses. Hoy, el tema de la corrupción me preocupa más que nunca, pues la crisis social que hemos vivido en los últimos días tiene también mucho que ver con ella y no solamente con un problema de recaudación de impuestos. ¡Cuánto dinero han robado los gobiernos a lo largo de la historia! Cada centavo que se ha perdido por la corrupción hoy nos está costando hospitales cerrados, carreteras en mal Estado, falta de cobertura educativa y bloqueos carreteros que afectan al comercio.
 

Los bonos que tanto ansía el oficialismo son tan solo apagafuegos para una crisis que requiere solución sostenible a largo plazo. Es cierto, la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) tiene que cumplir con lo que le toca, pero también la clase política está muy cómoda y acostumbrada a disfrutar de prebendas, cuando afuera, en cada rincón del país, hay un guatemalteco muriendo de hambre o por no tener acceso a un antibiótico.

Todos tenemos algo qué aprender de esta situación. Cada ciudadano debe asumir sus responsabilidades y quitarse de la mente esas frases absurdas de “con que haga obra, no importa que robe” o “es que es buena gente, solo roba poquito”. Esas formas de pensar han hecho ya muchísimo daño a todo nivel, por ejemplo, en los municipios donde los alcaldes corruptos se han vuelto caciques, a pesar de las pruebas de sus delitos. Pese a todo lo que han robado, la gente los apoya “porque hacen algo”… ¡Qué conformistas y egoístas son quienes piensan así! Claro, los políticos también tienen mucha culpa, porque buscan el caudal de votos que este tipo de gente puede representar, sin importarles su calidad moral.

Apostar por los valores es muy importante en la formación de cada guatemalteco. Todos los profesionales hacen un juramento al graduarse en el que se comprometen a servir a la sociedad y a ser honrados y justos en todo momento… ¿cuánto servidor público no ha fallado y ha dejado en el olvido ese juramento que prestó? Y aunque no se trate de profesionales egresados de la universidad, ¿cuánta persona habrá por allí que ha quedado en vergüenza a los ojos de Dios? Combatir la corrupción es el primer paso para dar calidad de vida al guatemalteco.

Publicado el 14 de noviembre de 2014 en www.s21.com.gt por Lesly Véliz
http://www.s21.com.gt/reflexiones/2014/11/14/ese-tumor-llamado-corrupcion

No Responses

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


The reCAPTCHA verification period has expired. Please reload the page.