Estuardo Zapeta
No son “masas”, como diría Ortega y Gasset, son maras. Una letra hace la diferencia. Se han armado hasta los dientes. Están, como hombre-mara, dispuestos a salir a deshacer esta sociedad, sus empresas, sus familias, sus individuos.
La muestra de unas granadas es sólo parte del espectáculo pirotécnico que darán, pero será no al cielo, sino contra cada ciudadano, contra cada empresa que no pague la extorsión. Si Ortega y Gasset enfatizaba la racionalidad, estos hacen de la irracionalidad su aliada. Ah, y junto con ellos las autoridades cuyo sistema de inteligencia ha fracasado.
No importa si las órdenes las da el hombre-mara en la cárcel, en la calle, en el asentamiento, o en el hospital. Órdenes son órdenes. Se cumplen. Punto.
Atacar. Volver a atacar. Seguir atacando. Matar. He aquí la misión del hombre-mara.
Y esa prostitución que aquí llamamos derechos humanos, que de derechos no tienen nada, también los protege.
El niño-mara tira la granada. Pobrecito nene. Asesina a una señora. Pobrecito nene. Heridos 10. Pobrecito el nene, “a saber ni cómo lo trataron en su casa”.
El nene venía de extorsionar a media población en al área sur, pero esa gente de los derechos humanos sigue con la letanía de “pobrecito el nene”.
Pero es delincuente. “No, dios guarde, no diga eso, él es un pobre niño víctima del sistema”.
Wa jajajajajajaja: infante wa jajajaja en conflicto wa jajajajajaja con la ley. Ah, es la ley la del problema no el infante. Es el sistema, y dale con los colectivismos. Es la ley la del conflicto.
Vaya. Cómo hemos cambiado en lenguaje para darle una nueva semántica. Una muy cómoda, por supuesto. “En-Con-Flic-To-Con-La-Ley”. Hasta silabeado lo repiten para que ellos aprendan, que son chiquitines, de biberón y pañal, pero ya pueden en la calle matar a quien no les dé lo que pidan.
¿Por qué no es un neneco juzgado por el crimen cometido no por su edad?
“Es que él todavía no sabe lo que hace”, resuena la voz defensora.
Sí pues, entonces tampoco aprendió control de esfínteres, o a amarrarse las cintas de los zapatos. “Alba-kenet, alba-kenet”.
El niño se había desaparecido y ni dijo a sus papás, “ahí regreso, chuchos”.
Pero la gente sigue cogiendo, haciendo hijos, llevando más irresponsabilidad que luego quienes pagamos impuestos debemos sostener.
Concentran el gozo, socializan los costos. Cogen parejo.
No dicen, en la hechura de hijos, “venga, venga, pruebe usted también, porque usted, con sus impuestos va a pagar por la educación, la salud, la cárcel, o el hospital del patojo; pruebe, dele, goce”. No, ahí no invitan. Tienen el gozo concentrado, privatizado.
Pero cuando nace la marimba de chirices, ahí sí, que paguen los malditos empresarios, y si no pagan los extorsionamos, y si no pagan la extorsión les tiramos granadas. Viva la irresponsabilidad paterna y materna. Sí, que vivan “Las Piernas Abiertas de América Latina”.
Uno, que tal si desde los 12 años se juzga al criminal por criminal, y no por ishto en conflicto con la ley; y, dos, y qué tal si los tatas de tal alacrán pagan también por su irresponsabilidad.
Publicado el 16 de julio de 2014 en www.s21.com.gt http://www.s21.com.gt/era-libertaria/2014/07/16/rebelion-maras
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