El edificio de Thelma Aldana

Una parte amplia de la sociedad, en todos los niveles sociales asegura que la CICIG y el Ministerio Público, personificados en Iván Velásquez y Thelma Aldana, enarbolaron una auténtica lucha contra la corrupción en Guatemala. Los convirtieron en héroes de un país, nuestro país, que carece de liderazgo nacional. Quizá seamos menos y más reservados quienes guardamos amplias dudas o franco escepticismo ante tales paladines y su supuesta lucha contra la corrupción.

Cuando encarcelaron a Otto Pérez, a Roxana Baldetti y a otros miembros indefendibles de la cúpula gobernante, entre 2015 y 2016. Todos aplaudimos y nos entusiasmamos. Aquella Cruzada contra la corrupción —CUCO— cuyos postulados que surgieron (y también se extinguieron) en 1985, parecían renacer. Pero unos fueron auténticos, los otros envilecidos.

Ya en 2016 surgía un sesgo ideológico en contra de los empresarios de mayor tradición y las personas de bien. Bajo cargos que a la fecha no han podido demostrar, Aldana y Velásquez apresaron a personascuya inocencia se basa en su prestigio como gente de honor. Flavio Montenegro y Max Quirin, entre muchos otros. Estas y otras acciones infames hicieron reaccionar a un sector de la población que progresivamente cuestionó su apoyo a tales líderes hasta convertirse en francos opositores. Además, se encontró que la CICIG y el MP hacían demasiado teatro y titulaban los casos como se titulan los libros de misterio o las películas policiales.

En esas diferentes percepciones empezó la disputa que ha separado a amigos y hermanos. Era la opinión de unos contra la de otros y ambas partes actuaban en pleno derecho. No se trató jamás de corruptos e impolutos como, mañosamente, Aldana y Velásquez quisieron (con algún éxito) hacer ver. Yo lucho contra la corrupción. Si usted está en contra mía, usted está a favor de la corrupción. Si usted favorece la corrupción usted es corrupto. Se trata pues de lo que, quienes conocen de lógica, llaman un silogismo disyuntivo falaz. Pero muchos lo tragaron.

Ahora ya no son solo opiniones. La página de Guatecompras  reporta que para adquirir el nuevo edificio del Ministerio Público, ubicado en la Zona 5, se llevó a cabo un concurso (supongo que significa lo mismo que licitación). La fecha de publicación fue el 4 de octubre de 2017 a las 9:57:35 AM. Lo “curioso” —en realidad doloso y evidencia suficiente para considerar que se trató de una acción fraudulenta—, es que el mismo fue finalizado (con adjudicación) ese mismo día, una hora con 20 minutos después (4 de octubre 2017 a las 10:17:34 AM).

¡Hombre! ¡Que se trataba de comprar un edificio en Q. 35 millones, no de adquirir una docena de lápices! Quienes hemos tenido alguna relación con las licitaciones sabemos que ese es un proceso formal que demora necesariamente varios días. Algunas veces varias semanas.

Algunos detalles sobre el edificio y sus “falencias” (le falta todo un piso, por ejemplo) se pueden leer en https://www.prensalibre.com/guatemala/politica/diputados-inspeccionan-edificio-adquirido-por-el-mp-durante-gestion-de-exfiscal-aldana

Por si esto fuera poco, ahora se conoce (como fuente solo tengo las declaraciones de un diputado en rueda de prensa) que el adjudicado fue Mynor Enrique Lobos Agustín, actuando en representación del propietario. Lobos es un joven de solo 23 años, quien tiene la representación de 60 empresas de las cuales 52 están activas.

Esta mañana, la prensa escrita nada publicó al respecto. Creo que lo tratará como manejó el affaire de Frank La Rue cuando fue expulsado de la ONU este año por acoso sexual. Quizá mañana haya una nota al respecto pero esta, por razones obvias, no podría ser en La Hora, pese a su tradición de veracidad y compromiso con sus lectores.

Como comparación, a Alejandro Sinibaldi, posiblemente el mayor capo en la historia nacional, le llevó 46 años, haber sido director del INGUAT, diputado, candidato a Alcalde Municipal y principalmente Ministro de Comunicaciones, crear poco más de 50 empresas, según declaraciones de su secretaria, la señorita Aneliese Mercedes Herrera Monterroso, ahora detenida y bajo investigación. En una parte de su declaración ella dice, textualmente “más o menos, en total, hasta donde yo trabajé con él, que es en el 2016, más o menos eran entre 40 y 45, Sociedades Anónimas, sin tomar en cuenta las Offshore”.

Thelma Aldana, pues, sigue siendo sospechosa y goza del privilegio de no ser señalada como culpable hasta cuando un tribunal así la sentencie y le imponga una penalidad. Empero, la sospecha sobre su culpabilidad se agiganta al tiempo que la duda se encoge ¡Menuda y comprometida investigación para la fiscal Porras Argueta! ¿Estará el fiscal Sandoval a cargo de la investigación?


Por J. Fernando Garcia Molina

http://www.opinionpi.com/detalle_articulo.php?id=1050

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