Este lunes vimos las claras muestras de barbarie y estupidez humana en los vídeos de la huelga de taxistas que pasaron varios medios. En esos vídeos vemos cómo les pegaban a los mismos taxistas que no querían protestar, o cuando bajaban de un taxi casi a media calle, a una señora de la tercera edad que llevaba un bulto cargado. Una verdadera grosería y falta absoluta de dos dedos de frente. Luego ve uno en las noticias las imágenes de gente macheteada, incluyendo ancianos y niños, en comunidades donde el machete acompaña al insulto ipsofacto, cual salvajes trogloditas. Hasta Joviel Acevedo, personaje controversial, se salvó de ser linchado por una turba cuando atropelló a un señor. Y para cerrar con broche de oro, las invasiones de fincas por individuos bien armados en carros de lujo, todo, con la ausencia de las autoridades.
¿Dónde quedó el MP? ¿Dónde quedó la PNC? O será que ellos también tienen miedo de actuar. Lo cierto es que los ciudadanos, especialmente en el interior del país no tienen protección legal alguna, mientras viven en un ambiente dónde el derecho a la vida es ambiguo. Las comunidades se enfurecen y linchan a uno que atropella, pero al que macheteó no he escuchado que le apliquen la misma furia. Al violador no lo castigan igual, y si me equivoco ojalá alguien me lo diga. Pero es un tanto contradictorio que por una cosa accidental reaccionen con tanta cólera mientras que por una acción de violencia pura se queden impávidos. Ambas están mal, pero no creo que un accidente sea premeditado, dejaría de ser accidente, mientras que alzar un machete y ensartarlo en el cuerpo de otro ser humano, es una acción que requiere coordinación y fuerza y por ende, es voluntaria.
Luego vemos que están invadiendo fincas por doquier y las autoridades ni se inmutan. Es como si no les importara que violen los derechos de los dueños, de los trabajadores, que cometan acciones terroristas, que asesinen, quemen, destruyan o violen a su sabor y antojo, y todo porque hay que proteger los derechos humanos de los invasores. Curiosamente, bien armados (se han reportado invasores con AK47 y pistolas 9 mm), y trasladándose en vehículos todo terreno de lujo. Pregunto ¿le suena a pobres indígenas invadiendo tierras? Más bien pareciera grupos bien armados y asesorados por entes extranjeros, que los han no sólo abastecido de armas, vehículos y dinero, sino indoctrinado o encontrado terreno fértil entre tanto oportunista. Y las autoridades, buenas noches.
Es así que hoy estamos como sumergidos en una sociedad donde ser delincuente paga, dónde ser ladrón de energía eléctrica es ser protegido del procurador de los derechos humanos, dónde macheteo a quién me caiga mal ¿y qué?. Una sociedad en la que los depravados pueden violar a quién les plazca, etc, porque no hay consecuencias legales algunas. ¿Qué le quedará a las víctimas? Armarse también o asimilar y aceptar ser eso, víctimas. Casi que nos toca volver al “viejo oeste” dónde uno resolvía con armas y punto. Ser delincuente, paga.
Y para mientras tenemos un Presidente que no se atreve a ser Presidente porque le tiene miedo a la comunidad internacional. La comunidad internacional aplaudirá, porque seguro cuando lo metan preso, y tarde o temprano lo harán, sacarán sendos comunicados felicitando a cicig. Los alemanes, los franceces, los nórdicos, los italianos y los españoles, además de los gringos de Obama que aún están en posiciones de poder aplaudirán a sus protegidos. Pero bueno, total, ni declarar non grato a alguien funciona en Guatemala. El nuestro es el único país del mundo dónde la Convención de Viena no funciona. Desde Maduro hasta Putin, y hasta Ortega en Nicaragua, pasando por Trump y todos los líderes del planeta, sacar a un diplomático es lo más fácil que existe. Invocan la Convención y punto.
Alguien preguntó en redes el otro día que ¿qué nos queda? Aceptar que les toque su turno a la izquierda, quedarnos de brazos cruzados y bajar la cabeza. Escapar a dónde se pueda, al menos sabemos que por ejemplo en Europa le dan a uno todo gratis. O luchar por defender nuestro país. Usted, ¿qué opina?
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