Dos arqueólogos de la Iniciativa LiDAR Pacunam hablan de lo que significan los descubrimientos que a partir de este domingo se difundirán por el canal NatGeo.
Los arqueólogos Tomás Barrientos (TM) y Marcello Canuto (MC) dan detalles de la relevancia de los descubrimientos. Ambos forman parte del equipo de 30 investigadores que participó en el proyecto, auspiciado por la Fundación Patrimonio Cultural y Natural Maya, Pacunam.
Canuto es docente de la Universidad de Tulane, en Nueva Orleans, en el estado de Luisiana de la Unión Americana. Junto con Barrientos, docente en la Universidad del Valle de Guatemala (UVG), dirigen las investigaciones en el Proyecto Regional La Corona.
Si bien el anuncio de los hallazgos ocurrió la primera semana de febrero, la logística del proyecto, nombrado Iniciativa LiDAR Pacunam (PLI, por sus siglas en inglés), se gestó desde el 2015, cuando Pacunam comenzó la gestión de fondos y alianzas para llevar a cabo el estudio en 12 puntos diferentes de la Reserva de la Biosfera Maya (RBM). El análisis cubrió dos mil km cuadrados, aproximadamente el 10% de los 21,602 de la RBM.
Sin precedentes
En enero del 2016, para la primera fase del PLI, una avioneta sobrevoló por dos semanas 12 sitios arqueológicos. En la siguiente etapa demoró el resto de ese año y estuvo a cargo de técnicos y geólogos.
A finales de noviembre del 2016 surgieron los primeros borradores. Estos se contrastaron con los levantamientos hechos con métodos convencionales y los arqueólogos notaron que había una correspondencia del 90%. El porcentaje que restaba llevó a una red de 30 expertos a analizar cerca de 60 mil vestigios que, a todas luces, no podían ser formaciones naturales. Esta labor les tomó casi todo el año pasado.
“Fue algo sin precedentes porque es usual que cada proyecto sea muy celoso de sus avances. Pero trabajamos en conjunto y establecimos un código unificado de datos”, indica Barrientos, quien ya utiliza los aportes del PLI en los trabajos de campo con sus estudiantes. “Estamos ante una nueva especialidad, la Arqueología Digital”, opina.
Entrevista a Tomás Barrientos y Marcello Canuto
¿El área que mapearon es muestra lo suficientemente representativa para sustentar sus conclusiones?
MC: Los puntos que trabajamos están distribuidos estratégicamente. Hay sitios casi en la frontera con México, cerca del límite con Belice y en el área entre ambos lugares, incluyendo la ciudad de Tikal. Si bien cubren solo un porcentaje, sí consideramos que son representativos.
TB: Sí es una buena muestra. Es muy aventurado interpretar la región maya a partir de un solo lugar. Con la iniciativa de Pacunam estamos sondeando un amplio terreno y esto nos da mayor certeza para desentrañar datos.
En un año escudriñaron con tecnología LiDAR lo que les hubiera tomado un siglo. ¿Les frustra haber invertido varias décadas de trabajo de campo con métodos convencionales?
TB: No en realidad, porque el conocimiento científico es acumulativo. Cualquier avance es una mejora. LiDAR es un complemento, no significa que nos va a quitar el trabajo. Profesionalmente nos brinda satisfacción, pues es una manera de verificar que está bien hecho el trabajo de campo que por varios años se hizo en cada sitio.
MC: Sería difícil contar únicamente con las imágenes del radar e interpretarlas sin todo el trabajo de investigación y excavación anterior. No sabríamos, por ejemplo, a qué período pertenecen los hallazgos. Podemos hablar de descubrimientos porque se tratan de imágenes de sitios muy bien estudiados
¿Cuál es la principal de sus conclusiones?
TB: Los investigadores involucrados en PLI tuvimos una reunión en julio del 2017 para analizar en conjunto la información. En el encuentro nos sorprendió el tema de la explosión demográfica, pues las interpretaciones en ese aspecto habían sido limitadas. En Tikal, por ejemplo, las proyecciones habían sido a partir de los 16 km cuadrados que se habían mapeado con métodos tradicionales. Con LiDAR ampliamos la zona a 200 km cuadrados. Eso nos permite tener mejor dimensión de cualquier conclusión, mucho más, si tomamos en cuenta que estudiamos los datos de 12 y no de una sola ciudad de las tierras bajas.
MC: Todo hallazgo en las zonas menos exploradas no deja de sorprendernos. Y para mí ese es el punto cuando nos preguntan cuál es el gran hallazgo de todo esto, pues la respuesta es que los descubrimientos se están dando a gran escala, hay más de todo: más población, más campos para la agricultura, más templos, más sistemas de defensa, más cauces modificados de ríos y más vías de comunicación.
Fue una civilización que supo modificar su entorno
MC: Los datos de LiDAR contradicen el prejuicio de que en las zonas tropicales era imposible sostener grandes poblaciones porque su suelo no es rico, su clima adverso y muy complicado construir rutas comunicación debido a la selva. Pero no fue así en las tierras bajas, a pesar del entorno, los mayas del PreClásico Tardío y del Clásico crearon un paisaje antropogénico; es decir, completamente modificado por la acción humana, tal como ocurre hoy con la Ciudad de Guatemala, que alteró por completo el estado natural del valle donde se levantó la urbe. Los mayas manejaron los recursos de forma muy hábil, a una escala que no se había visto.
Por José Luis Escobar, el 11 de Febrero de 2018, en Prensa Libre
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