Vicepresidente, bajo la lupa

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Publicado por Contrapoder.com.gt el 6 de octubre 2016

http://contrapoder.com.gt/2016/10/06/vicepresidente-bajo-la-lupa/


Nueve meses fueron suficientes para que las habladurías sobre el vicepresidente, Jafeth Cabrera, se hicieran realidad.

Foto: Archivo CP

Foto: Archivo CP

Desde la década de los 90, cuando Cabrera ocupaba los más altos cargos en la Universidad de San Carlos, los alumnos le denunciaban por compra de votos para la elección de rector. Se le acusaba de utilizar fondos de la casa de estudios para realizar fiestas, bacanales y acarreos de votos.

En voz baja se habló siempre de corrupción durante su gestión en la universidad estatal, pero como era costumbre, el Ministerio Público (MP) o la Contraloría General de Cuentas nunca iniciaron auditorías o investigaciones y las denuncias no pasaron de notas de prensa.

Ahora, a escasos meses de arrancar su gestión como vicepresidente de Guatemala, los astros se alinean y todo comienza a salir a luz. Primero fue el escándalo por el alquiler de una casa en La Cañada por Q30 mil mensuales, –a donde se mudó Cabrera a penas 15 días después de asumir el cargo–. Por cierto, muy al estilo de su antecesora Roxana Baldetti, pasó de residir en una sencilla casa en Arrazola, carretera a el Salvador, a una lujosa mansión en un terreno de 1,924.77 metros en el sector más exclusivo de la ciudad, donde también fue declarado persona no grata.

La mansión está valorada en más de Q25 millones y fue propiedad de Harold Caballeros.

Casualmente, el nuevo dueño es la Inmobiliaria G.L. (Hugo Leonel García López, quien fue jefe del hijo de Cabrera). Y aunque como Judas niegue tres veces la compra, las dudas están en el aire y en espera de que la fiscalía investigue.

El segundo escándalo le vino luego de filtraciones en la prensa, que indican que el hijo de Cabrera habría recibido financiamiento político por 500 mil dólares y camionetas blindadas de parte del narcotraficante Marlon Monroy, alías el Fantasma. Se habla incluso de un proceso penal e investigación que podrían marcar el fin del período de Cabrera.

Se escuchan teorías sobre la posible salida del vicemandatario y la conmoción que un nuevo cambio en la estructura gubernamental podría causar, en un país inestable.

El tercero de los escándalos, corresponde a las contrataciones del yerno y concuño de Cabrera en puestos diplomáticos, así como de su hijo en Casa Presidencial, donde el nepotismo queda en evidencia.

Y la guinda del pastel aparece al descubrirse que el vicepresidente Cabrera, valiéndose del tráfico de influencias, consigue que le otorguen contratos por Q 2.5 millones en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) a una empresa vinculada con Rudy Gutiérrez, íntimo amigo suyo y director del Instituto contra la Ceguera, donde Cabrera trabajó. También se le vincula con tráfico de influencias en contratos para la compra de medicamentos en el Ministerio de Salud.

Lo más preocupante es que en el Congreso ya se comienza a hablar de nombres para una posible terna y en los círculos de influencia política y sociedad civil, la lista se barajea. Mientras en la Vicepresidencia se vive un ambiente tenso, donde incluso conocidos exfuncionarios comienzan a mover sus influencias y usan lobby para salvarle el pellejo al vicepresidente.

Para quienes trabajamos investigando periodismo, la brasa está candente. Sin cesar, se escuchan teorías sobre la posible salida del vicemandatario y la conmoción que un nuevo cambio en la estructura gubernamental podría causar, en un país donde la inestabilidad política, económica y la conflictividad social están a la orden del día.

Lo peor del caso es que las teorías de la conspiración, con sus conocidos personajes, comienzan a mover sus tentáculos. No hay peor situación que un río revuelto, porque la ganancia de los pescadores puede ser jugosa.

Lo que es evidente es que Cabrera está cometiendo errores imperdonables, en un momento histórico en el que la ciudadanía clama por transparencia y justicia. O quizá, puede ser que se cumpla la premisa del dicho popular: gallina que come huevo, aunque le corten el pico.

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