¿Quién protege a los débiles?

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Publicado por el Periódico el 6 de octubre de 2016

http://elperiodico.com.gt/2016/10/06/opinion/quien-protege-a-los-debiles/


El castigo que la sociedad aplica a los transgresores de la ley, luego del costoso procedimiento del juicio, cuando se les declara culpables, es lo que disuade la repetición del delito. Si el castigo es ejemplar, la gente se cuidará de no cometer nada parecido. Pero en Guatemala la realidad abruma, porque a la secretaria del Congreso que se prestó a irregularidades con las plazas de los guardaespaldas de su jefe, se le impuso una pena de 17 años inconmutables en prisión, y a una devolución dineraria de Q3 millones 673 mil 966.77, que en caso de no poder pagar, la hará purgar un día en prisión por cada cien quetzales. Ello implica que a Claudia Bolaños se le aplicó la pena máxima por apañadora. Otro ejemplo siniestro es el de la estudiante malcriada que fue a parir entre rejas por haber lanzado un poco de harina a la corrupta vicepresidenta Roxana Baldetti, quien armó un escándalo y hasta pidió ser hospitalizada por el daño a su maquillaje. La muchacha uniformada y rebelde manifestó su repulsión de manera inapropiada, pero para esos casos corresponde el servicio social y la educación. Pero no, el mensaje advirtió que para los pequeños, todo el rigor de la ley.

Ahora bien, si se trata de figuras públicas emblemáticas, como la jueza Jisela Reynoso, la condena es aguada. Por lavado de dinero, le tocaron seis años inconmutables en prisión, mientras goza de medida sustitutiva en su casa, dedicada a preparar su apelación. Los seis años versus 17 de la secretaria del Congreso, llama poderosamente la atención. Pero lo peor está en el castigo anunciado por el delito de enriquecimiento ilícito, ya que la jueza deberá pagar la irrisoria multa de Q50 mil. ¿No les parece una lindura? El mensaje está bien claro, castigo blando para quienes se enriquecen, lo que quizá estimulará a quienes todavía tenían escrúpulos.

A la cárcel fue a dar Joam María Ponce, una niña ingenua a quien sus viciados patrones nombraron representante legal de papel, a cambio de la maravilla de Q1 mil quinientos al mes por prestar su nombre, y esa banda de fulanos, menganos y sutanos, tan cercanos a la nueva familia real, le arruinaron la vida y hasta su luna de miel.

Para los pequeños debería de existir la medida sustitutiva, la protección y la educación (o reeducación), y dirigir los cañones violentos en contra de los corruptores. En Guatemala no se encarcela al viejo violador sino a la menor de edad que fue forzada o engañada. Es allí donde debería de estar librando su batalla la oficina de los Derechos Humanos, protegiendo a los débiles. Basta ya de castigar a los peones, mientras los presos VIP se asolean ociosos en Matamoros y Mariscal Zavala, en shorts, peinándose o tiñéndose el pelo las mujeres, mientras aguardan el servicio de banquetes y la tertulia de sus visitas.

 

 

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