El propietario de un colegio ubicado en la zona 6, Chinautla, solicitó el cierre del establecimiento educativo producto de frecuentes extorsiones por pandilleros, esta ya fue aprobada por el Ministerio de Educación.
El centro educativo de nombre “Hermano Pedro” brindaba los servicios de educación pre-primaria, primaria y básicos, a niños en Jocotales, pero después de las extorsiones que aquejan el área decidieron cerrar.
La Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), tiene programada una reunión con los padres de familia este 23 de agosto, para resolver en que establecimientos se podrán referir a los alumnos, para que continúen con sus estudios.
Las investigaciones demuestran que las escuelas que se encuentran en los alrededores del mercado, son víctimas de extorsiones, incluso se rumora que se les solicita Q15 a los maestros y Q1 por alumno.
Jorge De León Duque, Procurador de los Derechos Humanos, realizó un monitoreo en el área, para conversar con los afectados y brindarles el apoyo necesario para la protección de los estudiantes.
Marcelina Porres, supervisora del Ministerio de Educación, comenta que la mayoría de las personas que tienen puestos en el mercado, también tienen a sus hijos estudiando en las escuelas cercanas y ante el temor de las amenazas decidieron no enviarlos a estudiar.
Axel Romero, Viceministro de Prevención de la Violencia y el Delito, asegura que el 18 de agosto se realizaron entrevistas al personal de las escuelas del área de Jocotales e indica que no les presentaron denuncias por extorsiones.
Romero comenta, que existe la posibilidad que por temor aún no se reportan denuncias pero asegura que se estarán programando operativos en las seis escuelas que se encuentran en los alrededores del mercado.
La Fiscalía contra las Extorsiones asegura que sobre los casos de zona 6 aún no cuentan con la denuncia, sólo conocen por lo que se publicó en los medios de comunicación.
Según informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), de septiembre del 2015, al menos el 60 por ciento de los estudiantes temen ir a la escuela, por miedo a los pandilleros que operan cerca de los establecimientos educativos.
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