CIACS

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Es un tema de sociedad.

Llámenle terremoto, huracán, tsunami, tornado, ciclón, cataclismo o hecatombe. Cualquier símil empleado es válido ante los hechos que acontecen por estos meses borrascosos.

Hablamos de la cooptación como marco. O sea de un Estado que ha sido capturado por estructuras identificadas como Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad. Empresas criminales organizadas con el fin de apropiarse del poder y socavar recursos. Socavar la autoridad de los gobiernos haciendo uso de los servicios de inteligencia y valiéndose de su amplio conocimiento de las grietas que sufren la seguridad pública y la jurídica, para ganar dinero.

Existen esfuerzos sustantivos canalizados en una ola de amenazas y campañas de desinformación a manera de publicidades baratas, todo por haber tocado a los “intocables”. Porque por primera vez ese monstruo de cinco iniciales y larga vida, se siente acorralado.

Se fue transformando en redes político-económicas extendidas en gran parte del territorio (no olvidar alcaldías). Los casos no son estáticos, crecieron, se fueron moldeando con las necesidades del tiempo. Cierta modalidad donde los partidos ensamblan con una estructura más permanente. O sea, se incrustaron en el corazón de la política.

Cada sector del Ejecutivo se consigna como un feudo, como una granja a administrar. ¿Y qué decir del Legislativo? Donde todo es objeto de negociación en términos económicos. A la par de esa terrorífica captura de lo estatal, hay acciones que también tienen que ver con el Poder Judicial. Con el fin de asegurarse la impunidad. O sea que estos tentáculos oscuros, se extienden a todas las ramas del poder público. ¡Hasta las leyes han estado a la venta!

Lo cierto es que resulta difícil darnos cuenta de la magnitud del fenómeno. De su gravedad. Porque se lucha contra la paralización del Estado, “un monstruo grande y pisa fuerte”. Quienes trabajan arduamente en desenredar tanto nudo, en desarticular los CIACS, necesitan apoyo. Solos no pueden (MP, jueces, CICIG). La conciencia popular es fundamental hoy más que nunca. Todo porque este es un tema de sociedad, de ciudadanía. De cerrar filas. De que las vacantes sean ocupadas por gente proba. De ignorar campañas negras y no reproducirlas. De apoyar públicamente a las instancias que han dado la cara y su trabajo para correr el telón. De denunciar. De dejar el morbo y el circo, para acompañar colectivamente este proceso único, con madurez y convicción. De saber la verdad, para no repetirla.

Publicado por www.elperiodico.com.gt el 06 de Julio 2016 por Anabella Giracca
http://elperiodico.com.gt//2016/07/06/opinion/ciacs/

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