Intromisión

Es increíble ver como algunos miembros de la comunidad internacional acreditada en nuestro país han tomado una actitud de intromisión en los asuntos internos de nuestro Estado. Yo no soy experto en el tema, pero lo pongo a su consideración debido a las diferentes opiniones que han salido últimamente en distintos medios de comunicación. El antecedente más importante en esta materia es la Convención de Funcionarios Diplomáticos de La Habana.  Digo esto, porque si bien la misma ya no está vigente, es ahí en donde la comunidad internacional reconoce la importancia del principio de no intromisión en asuntos internos de cada país. Hoy, la Convención que rige las relaciones internacionales y diplomáticas es la de Viena, la cual si bien adopta cambios, se mantiene intacto el principio de NO intromisión antes mencionado.

Los Estados han reconocido la validez de ese principio como algo vital para resguardar la soberanía de los países y mantener armónicamente las relaciones entre sí. La Convención dice, refiriéndose a los diplomáticos “Sin perjuicio de sus privilegios e inmunidades, … deberán respetar las leyes y reglamentos del Estado receptor. También están obligados a no inmiscuirse en los asuntos internos de ese Estado.”

En Guatemala pareciera que a algunos miembros de la comunidad internacional no les importa dicho principio. Hemos visto como opinan, critican o aplauden sentencias de la Corte de Constitucionalidad, aparecen abiertamente en audiencias dentro de algunos procesos de las Comisiones de Postulación, así como en audiencias judiciales relacionados a temas internos de nuestro país. Y déjeme decirle qué es lo peor, que lo van a seguir haciendo hasta que no se les aplique la ley.

La misma Convención establece “El Estado receptor podrá, en cualquier momento y sin tener que exponer los motivos de su decisión, comunicar al Estado acreditante que el jefe u otro miembro del personal diplomático de la misión es persona non grata, o que cualquier otro miembro del personal de la misión no es aceptable.” Mientras siga prevaleciendo la ausencia y certeza de castigo, aquí cualquiera seguirá haciendo lo que se le venga en gana. ¿Cree usted que nuestros embajadores se les permitirían tener este tipo de injerencia o intromisión en asuntos internos de esos países?Esperemos que el Presidente y el Canciller conociendo los alcances de la Convención la hagan valer.