En las últimas semanas han ocurrido en el país hechos que marcaron un repunte de la violencia con signos que hicieron recordar momentos que ya se consideraban enterrados.
El hecho de colocar artefactos explosivos en unidades del transporte público es, en primera instancia, deleznable, pero por otro, un acto criminal y terrorista.
Seguido de ese detestable incidente, que se cobró con la vida de dos inocentes y más de una decena de heridos, vinieron otros hechos que se sumaron, con el fin aparente de sembrar caos y temor en el ciudadano de a pie.
Ocurrieron intentos menores, pero no por ello menos repudiables, de rociar gasolina en algunos comercios e intentar prender fuego y en otros casos, disparos frente a locales comerciales. La característica de estos ataques es que siempre han sido en pequeños negocios.
A esto se sumaron asaltos en unidades del transporte público y un ataque directo a una unidad que esperaba para salir en su ruta ordinaria hacia occidente.
Todo parece indicar que mentes perversas están detrás, en la búsqueda de crear temor y aumentar la percepción de inseguridad que ya por sí es una debilidad del Estado.
Más que un reto, lo que tienen por delante los funcionarios encargados de la seguridad del Gobierno es un desafío.
Hace unas semanas el vicepresidente Jafeth Cabrera anticipó que preveían un repunte de la violencia conforme se acercara la Semana Santa, y para ello se basó en que en estas fechas los delincuentes envían sus requerimientos de “cobro” como un “bono de verano”.
Se convierte esta en una repudiable realidad que obliga al honrado ciudadano a esforzarse más para pagar a la delincuencia, y que esta goce del beneficio de un dinerito extra para los días de descanso.
La extorsión, como parte de la violencia, debe ser combatida con energía y eso implica desarticular múltiples bandas que se han asociado para cometer crímenes de toda índole, lo que requiere de decisiones importantes.
La gestión del actual gobierno tiene una ventaja. La ciudadanía no espera mucho, pero estoy seguro de que está a la expectativa de lo que va a hacer en temas tan delicados como es la protección ciudadana.
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