El exalcalde no solo se escapó de las autoridades, sino que demostró que la justicia le merece poco respeto, pues debía estar en su residencia, ya que cumple un arresto domiciliario por otro caso en el que se le atribuye haber incurrido en peculado, lavado de dinero y uso de documentos falsificados.
Lo cierto es que desde hace años Medrano se había convertido en un ícono de la corrupción que se ha incrustado en varias municipalidades y cuyos casos hasta ahora habían sido poco investigados por parte de las autoridades, y por ello es que ese flagelo se volvió una práctica común para varios gobiernos locales.
Solo así se explica que un jefe edil como Medrano haya tenido la brillante idea de construir 200 viviendas en su municipio, una acción que seguramente poco tenía que ver con las genuinas necesidades de muchos de sus vecinos pero que se comprende cuando se sabe que en ese proyecto existió una sobrevaloración de por lo menos 10 millones de quetzales.
Hasta ahora ese constituye un caso singular de emprendimiento edil, pues en ninguna otra alcaldía se han impulsado proyectos de construcción masiva de viviendas, porque no es su finalidad ni los recursos lo permiten.
Pero es indudable que la perspectiva de enriquecimiento inmoral era más poderosa para que el hoy prófugo ex jefe edil se esmerara en convertir su reducto municipal en un próspero proyecto inmobiliario, que además, seguramente, le serviría para acrecentar su cartel de clientelismo.
La sobrevaloración de este proyecto habitacional es el tercer caso por el que Arnoldo Medrano es acusado por el Ministerio Público (MP), y junto a las otras sindicaciones, lavado y corrupción, es el argumento que permiten retratar a uno de los funcionarios más cuestionados de las últimas décadas y cuyo mal ejemplo ha proliferado.
En ese afán de hacerse de recursos de manera indebida para convertirse paralelamente en un próspero empresario, Medrano llegó incluso al extremo de contratar a una empresa particular para que cobrara el IUSI, una obligación que no se puede delegar y que en este caso simplemente evidencia la forma marrullera como el exalcalde actuaba con propósitos aviesos.
Lamentablemente, el modelo impuesto por Medrano no era una patente propia ni de su uso exclusivo, pues son muchos los jefes ediles que han incurrido en las mismas o similares irregularidades, con el único fin de saquear las arcas municipales, como se recuerda también con la captura de los últimos dos alcaldes de Antigua Guatemala.
Estos no son los únicos ni los primeros, ni los últimos, por eso es que se aplauden los esfuerzos del MP en contra de funcionarios que claramente muestran que han confundido la misión de servidores públicos con la de empresarios inmorales, que llegan a los cargos para aprovecharse de estos.
Publicado el 29 de enero de 2016 en www.prensalibre.com por Editorial Prensa Libre http://www.prensalibre.com/opinion/icono-de-la-corruptela
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