Mucha prudencia

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Los padres deben tomar en cuenta que no hay pólvora inofensiva, menos si se es imprudente. 
 
Guatemala es un país de costumbres y tradiciones en las fiestas de fin de año, lo que muchos vivimos con alguna intensidad, llegando inclusive al extremo de incidentes que luego se lamentan, siendo los niños quienes regularmente resultan más afectados, todo porque en la mayoría de las desmedidas celebraciones y con hechos que nada tienen que ver con las personas, perdemos el control de nuestros actos, debido a que se confunde el sentido de la conmemoración del Nacimiento del Salvador del mundo con un tiempo de especial reflexión.

Todos tenemos el derecho de celebrar y compartir con los nuestros de la mejor manera que nos parezca, pero sin perder de vista eso tan especial que sucedió hace 2 mil años en Belén, que nos debe llevar a la unidad familiar, a la armonía entre los distintos grupos de la población y al servicio hacia nuestros semejantes, pensamiento que resulta oportuno ante la proximidad de un nuevo gobierno del que esperamos honestidad,  transparencia y liderazgo.

Sin embargo, vemos con preocupación, cómo en la actualidad nos preparamos para estas festividades en medio de convivios, comidas y bebidas en exceso, con marcado distanciamiento entre niños y adultos; es decir, que cada grupo vive la Navidad a su manera, porque mientras los mayores están disfrutando a lo mejor de algunas copas, los pequeños queman juegos pirotécnicos sin protección alguna o practicando algo no propio de su edad.

Durante estas fechas, los grupos de socorro impulsan campañas de educación y prevención de accidentes, pero la imprudencia hace que las advertencias no sean tomadas en cuenta, por lo que en casi todas estas épocas, se ha sabido de niños que sufren quemaduras por el mal manejo de juegos pirotécnicos, no siendo el 2015 la excepción, ya que en lo que va de diciembre, se cuenta con información de algunos accidentes. Aun y cuando los juegos pirotécnicos tienen etiquetas que indican el grado de peligrosidad, los padres deben tener en cuenta que no hay pólvora inofensiva, por lo que deben  permanecer cerca de los pequeños a la hora de quemar algún cohetillo, porque a decir de una madre el pasado 13 de diciembre, su hijo de 9 años perdió tres dedos de la mano, en el momento de hacer estallar algunos cohetes conocidos como “chiltepitos”, que se supone son fáciles de manipular, pero como queda evidenciado, no existe pirotecnia inofensiva, menos si se es imprudente.

A través de las organizaciones que forman parte del Consejo Nacional para la Atención de las Personas con Discapacidad (Conadi) hemos apoyado, especialmente a niños y niñas, que quedan con lesiones a causa de quemaduras, disparos al aire o por accidentes de tránsito, hechos que en un alto porcentaje se dan en las fiestas de fin de año y que derivan en condición de discapacidad por amputación de manos, pérdida de ojos o lesiones del aparato auditivo, que a causa de una desmedida celebración cambian la vida de seres humanos.

Publicado el 18 de diciembre de 2015 en www.dca.gob.gt por Sebastián Toledo 
http://www.dca.gob.gt/index.php/section-table-2/item/39183-mucha-prudencia

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