Los jóvenes son nuestro motor para la transformación de Guatemala

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Según las cifras de la reciente Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI 2014), en Guatemala hoy hay más pobres. Basado en el aumento del costo de vida en el país, pasamos de Q 4,319 en el 2000 a Q 10,218 en el 2014, un incremento del 137%. Es así como se calcula la población pobre, aquellos que tienen ingresos por debajo de los Q 10,218 en la actualidad caen en el umbral de la pobreza. Habiendo hoy aproximadamente 16 millones de habitantes, el número de pobres es al 2014 del 56.4 % de la población.

Algunos de los datos alarmantes que arroja son:

  • 4 de cada 5 indígenas vive en pobreza extrema.
  • 39.8% de la población indígena vive en pobreza extrema.
  • 68.2% de las niñas, niños y adolescentes habitan en hogares pobres.
  • 70.2% de las niñas y niños menores de 10 años viven en pobreza.
  • Aumentó la brecha entre pobres en zonas rurales y urbanas, 79.2% indígenas y 46.6% no indígenas (la población no indígena aumentó en 4.7%). Reflejando un incremento en la brecha entre la pobreza rural y la urbana.
  • Los departamentos de Alta Verapaz y Sololá muestran porcentajes de pobreza por encima del 80%, siguiendo el departamento de Totonicapán con 77.5%.
  • Para 2014, el 68.2% de los menores de 18 añosa habitaban en hogares pobres. Al desagregar por rangos de edad, se obtiene que el 70.2% de los niños menores de 10 años se encontraban en pobreza. Mientas que para los niños-adolescentes entre 10 y 17 años, la pobreza era de 65.9%.
  • El 23.3% de la población con menos recursos, captaba el 2.0% del total de los ingresos nacionales.

Por lo pronto, la pobreza continúa en aumento, y con ella el nivel de analfabetismo en los guatemaltecos; los resultados respecto de la salud no ayudan a crear un panorama que explique la situación real de la salud de las personas, ni de los niveles estratosféricos de desnutrición crónica infantil que se aproxima al 52% de los niños menores de 2 años de edad; el desempleo, el subempleo y el mercado informal son un estilo de vida para las personas; y el déficit de vivienda y el nivel de hacinamiento en los hogares sigue siendo un problema para el desarrollo de la dignidad de los guatemaltecos.

La situación de Guatemala sigue sin mejorar para la mayoría de la población a pesar de casi una década de crecimiento de la economía nacional por arriba del 4% PID anual (2014), muy por arriba de países como Colombia y Brasil, sobre todo, para la población que se encuentra viviendo en severas condiciones de vida, y continuará de esta manera si no rompemos con el circulo vicioso del subdesarrollo.

Los jóvenes tienen por delante un enorme desafío: ser el motor y los líderes de un proceso de desarrollo económico y social que permita, a la vez, reducir la pobreza y los abismantes índices de desigualdad socioeconómica, que atentan contra la estabilidad y la convivencia pacífica.

En este nuevo momento político para el país, es de aprovechar las ventanas de oportunidad que nos han abierto el despertar de la ciudadanía y su involucramiento en los destinos de la gestión pública. Hoy la corrupción le cuesta más vidas al país que los 36 años de conflicto armado interno.

Esta oportunidad colectiva implica promover un crecimiento económico basado en fundamentos sustentables a largo plazo y competitivos en el contexto mundial, y mejorar la calidad de vida de las poblaciones más vulnerables y postergadas. Se trata, sin duda, de un objetivo difícil de lograr y que, de hecho, ha sido esquivo para las generaciones anteriores. Sin embargo, los jóvenes actuales cuentan con ventajas para hacerlo realidad.

Están más consientes de su rol, sin las cargas pesadas de las generaciones que se enfrentaron en un conflicto armado, están interconectados entre sí y el mundo, tienen y aspiran a niveles de educación más altos que sus padres; quieren ser parte de un país con oportunidades para crecer bien, aprender mejor y ser más productivos. A estas alturas los jóvenes entre 15 y 25 años han experimentado el ritmo incesante del cambio, lo que los hará capaces de enfrentar las transformaciones futuras con mayor resiliencia, elasticidad y rapidez.

Seamos esa Guatemala que crece y transforma la calidad de vida de todos. La cosa esta seria y no tenemos mucho margen de error, por lo que en este nuevo momento político que inicia el país, todos tenemos que ponerle cara humana a ese 56% de pobres. Nos rodean, están allí, coexistimos, y son nuestros niños y jóvenes principalmente. Ser humanista no compite con ninguna ideología.

Publicado el 17 de diciembre de 2015 en www.republicagt.com por Carmen Salguero
http://www.republicagt.com/opinion/los-jovenes-son-nuestro-motor-para-la-transformacion-de-guatemala/

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