Señores diputados (1916-1920)

De ese organismo dependen  los avances y retrocesos que tenga el país.

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En virtud de los 56 días que quedan para la toma de posesión del nuevo Congreso, considero necesario resaltar el impacto que tendrá la gestión de sus integrantes para sacar a Guatemala del despeñadero en el que ha sido sumida, debido a la falta de escrúpulos de muchos funcionarios y una mayoría de “congresistas” que han dominado las nefastas decisiones que han hundido en la corrupción y la ingobernabilidad al país.

Las pocas bancadas, que como Encuentro por Guatemala, han intentado enderezar las decisiones retorcidas de las mayorías que dominan el Legislativo, han sido minimizadas y sus sensatos argumentos caen al vacío. Por ello los resultados siguen siendo nefastos para una ciudadanía que carga con el costo de mantener estructuras de personal clientelar e inoperante que se aprovechan de los dineros del Estado para multiplicar sus ingresos, entre ellos, los famosos pactos colectivos. Ver “Listado geográfico de obras” (Diario La Hora, 17/11/15) que muestra cómo la mayor asignación presupuestaria fue destinada a los Distritos dominados por las bancadas de Lider, PP y UNE.

De allí, lo esencial que resulta la toma de conciencia de parte de los nuevos diputados, que tendrían que formar un frente común con las escasas bancadas decentes para el rescate institucional de nuestra nación. De su decisión de unirse en una corriente legislativa con convicción y transparencia dependerá el funcionamiento efectivo del Congreso y su impacto en la institucionalidad y un efectivo Estado de Derecho.

Para lograrlo, es esencial que las acciones de los diputados se correspondan con su función como representantes del pueblo; que sean congruentes con los principios y valores que rigen al Estado, tal como está regulada en nuestra Constitución Política, y que se comprometan con ese pueblo, a actuar de conformidad con criterios éticos.

Como es de conocimiento general, el impacto que tiene el Congreso de la República, como Organismo de Estado es determinante, tanto en su función legislativa como en el marco de la fiscalización que le compete efectuar, especialmente en cuanto a la ejecución presupuestaria, función que ignoran olímpicamente. Es un órgano, en el cual sus integrantes debieran cumplir a cabalidad sus funciones, atendiendo sus obligaciones conforme lo establece el Capítulo II de la Constitución Política de la República de Guatemala.

Debe analizar cuidadosamente las iniciativas de ley y estas deben ser debidamente discutidas en el Pleno previa aprobación. Debe también limitar sus gastos a los recursos financieros indispensables, reducir el número de asesores, eliminar plazas fantasmas y demás desviaciones que han sido públicamente señaladas. (Ver artículo de Alexis Batres en www.soy502.com).

Solamente con una mayoría de congresistas conscientes de la necesidad de una institucionalidad efectiva, transparente y eficaz, consecuentes con los valores de honestidad e idoneidad indispensables puede lograrse el fortalecimiento de la nación, el desempeño óptimo de sus instituciones puede aportar a la superación de las deficiencias extremas que hoy enfrenta nuestra nación.

Publicado el 18 de novimebre de 2015 en www.elperiodico.com.gt por Marta Altolaguirre
http://elperiodico.com.gt/2015/11/18/opinion/senores-diputados-1916-1920/

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