El inicio

Mi mayor temor es que a muchos ya se les haya pasado el “ánimo” de pelear por una Guatemala mejor, y estén prestos a regresar a la misma indolencia que permitió que durante tanto tiempo los politiqueros se robaran nuestro dinero impunemente. Las mejores pruebas son la “discusión” sobre el presupuesto del año entrante, en la cual la corrupción ni siquiera se menciona, y los cambios a la LEPP aprobados.

Estoy convencido de que el apoyo a Jimmy Morales, que se manifestó en la primera vuelta —y que aparenta seguir, de acuerdo a las encuestas—, no se debe a él mismo, ni al supuesto plan que pudiera tener, ni a las personas que forman parte de su equipo, sino a ese rechazo de los guatemaltecos al statu quo de los politiqueros y la corrupción. Jimmy estuvo en el lugar correcto en el momento ideal para posicionarse como el outsider, el que venía de fuera del sistema y que nunca había participado activamente en cargos públicos.

En un mundo ideal, eso solo debería servirle para ganar la elección y tomar posesión del cargo el año entrante, ya que la ciudadanía estaría preparada para no dejarle pasar ningún desliz, ni siquiera ningún nombramiento cuestionable. Pero eso es en un mundo ideal. En la realidad, vemos que muchos se han quedado contentos con lo que se logró este año, con que Otto Pérez y Roxana Baldetti renunciaran a sus cargos y estén en prisión preventiva a la espera de juicio, con que algunos pocos casos de corrupción se lleven a juicio y con que cambie el gobierno. Consideran que ya hicieron su parte y las cosas cambiarán por la sola inercia de lo que sucedió este año.

Pero la inercia todavía está del lado de la corrupción. Mientras no se cuestione, investigue, persiga, capture y condene a aquellos que han robado fondos públicos y lo continúan haciendo, el sistema seguirá tragándose nuestros impuestos y devolviendo nada, solo corrupción.

Es vital que no bajemos la guardia. Como bien lo dijo Jefferson: “El precio de la libertad es su eterna vigilancia”. Uno de los primeros pasos, el cambio del gobierno, se consumará este domingo, pero ese no es el final, es apenas todavía una parte del inicio. De lo que hagamos durante los próximos días, semanas, meses y años, dependerá que en algún momento, más adelante, podamos ver atrás y ver que hemos avanzado.

De usted depende que su futuro cambie. Se puede sentar a esperar que otros hagan algo o puede hacerse responsable de su futuro y seguir participando en todas aquellas actividades que contribuyan a cambiar el sistema para bien. La decisión es suya.