La honradez de los candidatos

Fotos en la calle dan miedo a los niños.
 
Los políticos se convirtieron en predicadores de la honradez. Ahora ponen cara de niños el día de su Primera Comunión, y juran con la mano sobre la Biblia que son la pura honorabilidad, con la excepción de aquel candidato sin extremidades que nos asombró jurando que no robará porque no tiene manos. Todos hablan de honradez, mientras se anuncian las timaduras del Gobierno de la transparencia y de la mano peluda. El resbaladero inició con el agüita mágica con la cual se pretendía bendecir el lago de Amatitlán, el de las mojarras y los popodrilos, según fueron bautizados por la ex vicepresidenta de las ocurrencias ingeniosas, y ha seguido con líneas, redes, y un sinfín de nombres dados a la organización delincuencial.

Quedó en evidencia que los Patriotas nos robaron, que contrajeron deudas en nuestro nombre para poder viajar ellos a sus anchas en aviones privados, en helicópteros, y tener casas en la playa, en las montañas, en Nueva York, y cuentas de banco por todo el mundo. Será ese mal ejemplo lo que anima tanto a ese montón de candidatos que compiten en la escalera de turnos por un colazo, porque quieren hacerse endiabladamente ricos para viajar por todo el mundo como califas.

Un recorrido por las calles y carreteras leyendo publicidad política es para llorar de risa, porque estamos tapizados de carotas de delincuentes afirmando que son la honradez misma. La honradez no es algo que pueda predicar una persona de sí misma, porque los peores ladrones, hasta confesos, se creen honrados, como el caso patético del expresidente Portillo, quien para defenderse del juicio público encharca a otros, señalando por ejemplo al expresidente Álvaro Colom por haber recibido dinero del narco, como si la suciedad de otros eclipsara lo propio. ¿Será la honradez un asunto de niveles?

Afortunadamente, el Tribunal Supremo Electoral se puso las pilas y está mandando a su casa a quienes nos avergüenzan. Se quedarán cortos, pero es bueno que la sociedad desprecie a quienes le han fallado, porque así alientan para dentro de cuatro años el llamado a la gestión pública de cuadros intelectuales, de gente preparada, dispuestos a sacrificar sus ingresos a cambio de servir a la patria. Quizá así se vuelva a dignificar y honrar los cargos. El cielo se ve menos gris tras espantar a los zopilotes, pero ¿de qué nos sirve si los honrados actuales se apoyan en chicas playboy, en corruptos conocidos y en una banda de mafiosos cuyas fotos en la calle dan miedo a los niños?

Publicado el 16 de julio de 2015 en www.elperiodico.com.gt por Méndez Vides
http://elperiodico.com.gt/2015/07/16/opinion/la-honradez-de-los-candidatos/

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