Entre cenizas y semillas

El tiempo es bueno para la siembra
 
#EstoApenasEmpieza.#EsteSistemaYaSeAcabó. Somos testigos del principio del fin. Pudo haber dicho Carlos Fuentes: cuando salimos juntos a protestar los sábados o cualquier otro día –hoy, por ejemplo– no sabemos si caminamos sobre cenizas o semillas. Vivimos los intersticios de la Historia en los que –diría Héctor Aguilar Camín– lo viejo no termina de morir y lo nuevo no acaba de nacer.

En el Congreso, los dinosaurios se retuercen y dan coletazos. Muy vivos ellos, el jueves 2 de julio, cambiaron el orden de la agenda, para asegurarse el control de la Corte de Constitucionalidad, que les había arrebatado la presidenta Gloria Porras, sembradora de semillas. Se sacaron de la manga su conejo, un hombre tranquilo, un asesor que tenían a la mano, incluso en el mismo edificio, antiguo notificador de la CC (a quien cesaron en ese cargo porque se le “desaparecían” ciertos expedientes), y cumple el requisito mínimo formal de tiempo en el ejercicio profesional para poder ser designado magistrado constitucional.

Solo después de asegurarse el control de Roma (es decir, de la CC, a donde llevan todos los caminos), recomendaron despojar la inmunidad a Otto Pérez. Esta semana volverán al ruedo y lo más probable es que ratifiquen esa conclusión en el Pleno y de allí tirarán el expediente a la enredadera legaloide, que apenas disimula las cenizas. Ya veremos si bajo esas cenizas no quedan brasas ardiendo y más de algún dinosaurio se queme antes de llegar a Roma.

Ese mismo 2 de julio, curiosamente, a la misma hora, a un kilómetro del Congreso, en el Paraninfo, representantes de un centenar de organizaciones civiles variopintas de todo el país –incluyendo empresarios– seleccionaban las semillas para ir sembrando hoy en el camino rumbo a la 9a. Avenida. Es incierto el resultado de la siembra, pero si se cuida de los vientos y de la maledicencia es muy probable que germine.
En Quetzaltenango el viernes pasado, discutiendo sobre reformas del Estado en una Convención del Colegio de Economistas, me decían que esas semillas eran demasiado tímidas, que no alteraban la esencia del sistema. Mucha gente quiere –y no sin razón– cambios rápidos y radicales. Pero insisto, las reformas no son un decreto, son un proceso social y político; un camino de subidas y bajadas, no libre de minas, que inevitablemente debemos aprender a recorrer, y es en ese ciclo que lo viejo termina de morir y lo nuevo acaba por nacer. El tiempo político es bueno para la siembra. Hay que tener el coraje, la persistencia y paciencia de los viejos sembradores, sin olvidar que los espantapájaros siempre estarán al acecho.

Publicado el 06 de julio de 2015 en www.elperiodico.com.gt por Édgar Gutiérrez
http://www.elperiodico.com.gt/es/20150706/opinion/14548/Entre-cenizas-y-semillas.htm

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