El Prado para todos

Las reproducciones de algunas obras de varios ilustres maestros de la pintura de la colección del Museo Nacional del Prado, España, serán exhibidas en el país.

El arte de Goya, el Greco, Velásquez Boticcelli y Rafael, entre otros grandes maestros de la plástica mundial, que se encuentra en el Museo Nacional del Prado de Madrid, podrá ser contemplado en el Paseo de la Sexta de la Ciudad de Guatemala, del 21 de julio al 30 de agosto. La muestra, compuesta por 59 pinturas, será expuesta en el marco del festival Guatemala, Capital Iberoamericana de la Cultura 2015.
Las reproducciones serán presentadas en estructuras de 1.84 centímetros de ancho por 1.22 de alto. Además, se disertarán conferencias a cargo de artistas plásticos nacionales y se presentarán performances.

Por Claudia Palma

La exposición, procedente de Tegucigalpa, Honduras, donde actualmente se exhibe, hará una parada en el país para luego exhibirse en El Salvador. Las gestiones para que esta colección pueda ser vista en Guatemala se llevaron a cabo desde el 2011 por medio de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.





Niños en la playa del pintor español Joaquín Sorolla.

Mucho que ver

Quienes asistan a la exposición tendrán la oportunidad de ver un muestrario de pinturas de José de Ribera, Francisco de Zurbarán, Rubens, Boticcelli, Rafael, Durero, Antonio Moro, Tiziano, entre otros. Así como 13 obras de la tríada española: el Greco, Goya y Velásquez.

Doménikos Theotokópoulos —el Greco—, natural de la isla de Creta, viajó por toda Italia para asimilar el estilo occidental. Aunque, Felipe II no juzgó adecuadas sus pinturas para El Escorial, consiguió un gran reconocimiento por sus retratos. De las cien obras que hay en el Prado, en Guatemala serán expuestas: La Trinidad, El caballero de la mano en el pecho y La adoración de los pastores.

En el Museo del Prado se exponen 50 de las 120 creaciones que se le atribuyen a Diego Velásquez y ocupan la gran sala del piso principal. Las meninas, uno de sus cuadros más emblemáticos, alrededor del cual está organizada la colección en la pinoteca española, podrá ser apreciada junto a El triunfo de Baco o Los borrachos, Vistas del jardín de la Villa Médicis y Las hilanderas.

Las meninas, al igual que otros del mismo autor, tiene la particularidad de que está retratada una mujer que padece enanismo. La Guía del Museo del Prado explica que las llamadas “gentes de placer”, que en ese entonces estaban representadas por “bufones, enanos, locos y personas con alguna deformidad, acompañaron a nobles y reyes españoles prácticamente desde la época de los reyes católicos hasta comienzos del siglo XVIII”, pues sus figuras “magnificaban la supuesta elegancia y perfección de los nobles” y además simbolizaban su “generosidad” al acogerlos.

Francisco de Goya, el gran retratista sordo y, quien estuvo en principio a favor de la invasión napoleónica a España, con la esperanza de que los avances de la revolución francesa llegaran ahí, es el autor de La maja desnuda. Además de esta, podrán apreciarse El quitasol, La familia de Carlos IV, El 3 de mayo de 1808 y Saturno devorando a un hijo.



El jardín de las Delicias de las pinturas emblemáticas de El Bosco.

La escuela italiana

Los reyes Carlos V, Felipe II, Felipe III y Felipe VI tuvieron preferencia por los pintores italianos. En la muestra destaca El cardenal, de Rafael, uno de los más importantes artistas del Alto Renacimiento. Fue el pintor de los pontífices Julio II y León X. Al igual que su padre, fue pintor de la realeza. Los frescos de las cuatro salas del segundo piso del Palacio Apostólico en el Vaticano, conocido como la stanze, son de su ingenio.

El Prado, exceptuando a Venecia, tiene la mayor concentración de obras de Tiziano, quien pintó muchas para Carlos V y su hijo Felipe II. Sus cuadros conforman el eje de las colecciones del Alcázar de Madrid, El Escorial y El Prado.



El parnaso del francés Nicolás Poussin

“La pintura barroca italiana ofrece notables ejemplo de corrientes artísticas como: el naturalismo tenebrista; el clasicismo y el barroco decorativista, cuyos exponentes se especializaron en pintura mural”.

  • Un rey apasionado por el arte
  • El Real Museo de Pinturas, que dio origen al Museo Nacional del Prado, abrió sus puertas el 19 de noviembre de 1819, durante el reinado de Fernando VII. Debe su nombre a que fue construido en el lugar conocido como “el prado de los Jerónimos”, en los terrenos cercanos al convento de San Jerónimo.
  • El monarca decidió aprovechar las instalaciones del edificio que sería destinado al Gabinete de Historia Natural, un proyecto de Carlos III, que nunca se llevó a cabo. Ahí trasladó las pinturas que adornaban sus palacios con la idea de hacer un museo público.
  • Con el tiempo, en 1869, a raíz de la revolución de 1868 que provocó el destronamiento de Isabel II, se extinguió su patrimonio y se nacionalizó el Museo Real de Pintura y Escultura que se fusionó con el de la Trinidad que poseía un gran número de obras de arte religiosas.
  • En 1920, Alfonso XII sancionó el Real Decreto por el cual el Museo Nacional de Pintura y Escultura pasaba a denominarse Museo Nacional del Prado.
  •  Desde su creación ha sido alimentado por las colecciones de los reyes españoles y joyas de grandes maestros de la plástica atesoradas por la Iglesia que datan de ocho siglos.
  • Experimentó su última fusión en 1971, con el Museo de Arte Moderno, lo cual aumentó el número de sus obras. En suma hay 8 mil 200 pinturas y por lo tanto está considerada una de las mejores pinacotecas del mundo.


Uno de los ejemplos del tenebrismo es el fresco de David el vencedor de Goliat, de Michelangelo Merisi Carvaggio. En sus representaciones, el artista prestó especial atención a la expresión de los afectos de los retratados, los fondos, generalmente, en tonos oscuros y el uso de la luz, aíslan las figuras.

Otras reproducciones de pintores que serán expuestas son las de Fra Angélico, Sandro Boticcelli y Tintoretto, entre una larga lista.

La escuela flamenca

Del matrimonio de Juana de Castilla y Felipe el Hermoso nació Carlos de Gante, quien se convirtió en Carlos V, a partir de 1519, que fue cuando los Países Bajos pasaron a formar parte de la Corona Española.

Gracias a la admiración que Felipe II sintió por esos pintores, el museo del Prado posee una amplia colección de cuadros de El Bosco, Joachim Patinir, Pieter Brueghel y del retratista Antonio Moro, para mencionar algunos.

Las pinturas de Jeroen van Aken, El Bosco, se caracterizan por “el bestiario”, o la colección de animales, y la gran cantidad de miniaturas que plasmó en estas. Una de las más emblemáticas es El jardín de las delicias, que forma parte de esta muestra itinerante junto a otras como el famoso retrato de María Tudor, reina de Inglaterra, cuyo autor es Antonio Moro y El triunfo de la muerte, de Pieter Brueghel; El viejo y Las tres gracias, de Pedro Pablo Rubens.

Sin duda, Rubens, quien además de pintor, fue cortesano y diplomáticos, tuvo a su mayor aficionado en el rey Felipe IV. Bajo su dirección estuvo parte de la decoración del Alcázar de Madrid, el Buen Retiro y la Torre de la Parada.

Otras escuelas

Según la Guía del museo del Prado “la pintura francesa es, con más de 300 obras, la cuarta escuela mejor representada”. Ahí se encuentran los maestros del clasicismo francés Nicolás Poussin y Claudio de Lorena, que recibieron también encargos para decorar el palacio de El buen retiro.

De la pintura alemana destacan las obras de Alberto Durero, el más reconocido de los pintores del siglo XIV y las de Anthone Mengs, favorito de Carlos III.

Básicamente las obras pueden dividirse en grandes escuelas de la pintura: la española, la flamenca, la italiana y otras como la francesa y la alemana. Sin embargo, los monarcas españoles sintieron predilección por los pintores italianos y los flamencos.

De los 6 mil 500 dibujos, 3 mil grabados y las más de 2 mil piezas decorativas, propiedad del Prado, los guatemaltecos tendrán un pequeño trozo en la calle más céntrica de la ciudad de Guatemala, testigo de los reclamos de los manifestantes los fines de semana, del paso de oficinistas y obreros, de amores furtivos y escándalos nocturnos. Ahora durante un mes, se convertirá en un nicho de arte traído desde el otro lado del Atlántico.

Publicado el 21 de junio de 2015 en www.prensalibre.com por Claudia Palma
http://www.prensalibre.com/el-prado-para-todos

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