Entre los miles de guatemaltecos que hemos asistido consistentemente a las convocatorias convergiendo en las plazas públicas, los estudiantes de distintas universidades se han destacado por su disciplina, por su creatividad, por su energía y por su vitalidad en la protesta ciudadana.
El sentido del momento histórico y de los propósitos compartidos ha llevado a estudiantes de distintas áreas de estudio y especialización a dejar a un lado sus diferencias sociales, filosóficas e ideológicas con asombrosa naturalidad.
En un ambiente en el que se respira armonía y respeto recíproco en su diversidad, los estudiantes inmersos dentro de las multitudinarias manifestaciones iniciaron un proceso inédito que ha ido desarrollándose de manera discreta más allá de las enérgicas y firmes protestas. Los acercamientos iniciales y espontáneos pasaron a diálogos y a discusiones de cómo coordinarse e identificar sinergias.
En relación a ello, tuve el privilegio de ser invitado a observar y a participar en un círculo de discusión de estudiantes en el campus de la universidad Rafael Landívar. Fui gratamente sorprendido por el alto nivel de los documentos discutidos, de los intercambios de apreciaciones, de las ideas claras y sobre todo del interés genuino en hacer propuestas profundas en la coyuntura política nacional como es el caso de las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, sin perjuicio de que puedan articular una visión estratégica de mediano y largo plazo.
Los estudiantes universitarios conscientes y consecuentes con lo que han discutido y con el propósito de incidir oportunamente en la política nacional en congruencia con las manifestaciones ciudadanas, han conformado por iniciativa propia y con entusiasmo, la denominada Coordinadora Estudiantil Universitaria de Guatemala (CEUG), en un tiempo relativamente corto y apoyado por las ágiles y expansivas redes sociales. Estudiantes de la universidad de San Carlos, Rafael Landívar, Del Valle de Guatemala, Del Istmo y Francisco Marroquín son el núcleo de esta convergencia que no tiene precedente y que tiene la apertura para ampliarse a otros campus y extensiones universitarias en el interior del país.
Es importante el afianzamiento organizativo de esta nueva y fresca instancia que representa la necesidad sentida de unir esfuerzos para fortalecer aún más la incidencia de los movimientos ciudadanos. La CEUG más temprano que tarde deberá abrirse espacios de participación en los foros académicos, en las discusiones de interés nacional, en los medios de comunicación y dar a conocer con luz propia a los distintos sectores de la sociedad civil y actores nacionales e internacionales sus inquietudes, posiciones y propuestas.
Alienta saber que emerge de los movimientos ciudadanos una fuerza joven que ya es un catalizador positivo y que tiene el potencial de posicionarse en la vanguardia de los cambios que demanda el país.
Sin embargo, hay que estar conscientes que el sistema político vigente es una comparsa desprestigiada que no va a autorregenerarse por propia voluntad y que se resistirá a los cambios que afecten sus intereses y privilegios. Y es por ello necesario mantener las convocatorias ciudadanas de manera coordinada y no claudicar en exigir la renuncia del Presidente de la Republica, quien va perdiendo perceptiblemente el control de la gobernabilidad democrática, la seguridad y la estabilidad del país.
Publicado el 05 de junio de 2015 en www.elperiodico.com.gt por Luis Fernando Andrade Falla http://www.elperiodico.com.gt/es/20150605/opinion/13334/Estudiantes-universitarios-en-la-vanguardia-del-cambio.htm
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