La moral del servidor público está por los suelos y la moral tributaria, en el sótano. La calificación de riesgo de nuestra deuda se fue más abajo, el presidente del Banco Central y toda la Junta Directiva del Seguro Social guardan prisión provisional.
El Congreso, foco de abuso, corrupción y mediocridad invita a mesas de diálogo para intentar, medio hacer, lo que en tres años y medio le interesó un comino.
En Ixchiguán, San Marcos, los fiscales del Ministerio Público Juan Florencio Ambrosio Hernández y Alberto Maximiliano Domínguez Aguilar llevan 39 días secuestrados por delincuentes que piden un canje por una persona condenada el año pasado a 10 años de prisión.
Este secuestro debería ser un asunto de Estado y quienes negocian son funcionarios dispersos de la oficina del Procurador de los Derechos Humanos y del Ministerio Público.
La anarquía es obvia. El tradicional poder local, el cual debería ser representado por las municipalidades no es ningún bastión de honradez y transparencia, por ejemplo en Cajolá, Quetzaltenango, asumió un nuevo alcalde porque el anterior está señalado de corrupto; existe un ajuste salarial selectivo en la tradicional municipalidad corrupta de la Antigua, y por si fuera poco, Tony Pérez, uno de los organizadores de las manifestaciones pacíficas en Xela, denunció al MP que su empresa fue incendiada y calificó el acto como intimidatorio.
Esto último es grave porque es represión, y es urgente capturar a los hechores. La represión o proviene del poder formal o de algún partido político; esa investigación es prioritaria.
El partido Líder, en un lugar cerrado y con la máxima seguridad, presenta un plan de gobierno que no se consigue fácil en internet y anuncia como futuro ministro de Finanzas a quien tiene como única carta de presentación el mismo apellido que su cacique.
Más de dos millones de jóvenes quedarán fuera del padrón electoral porque el sistema les hace engorroso inscribirse y habemos más de 30% de indecisos que no tenemos ni idea de por quién votar; además, el abstencionismo aparece como el gran ganador de septiembre.
Nuestro sistema político, como bien lo señaló Luis Felipe Valenzuela por la radio, es “clientelar y de saqueo”. La única luz al final del túnel es el empoderamiento ciudadano.
La actitud de la clase política nos lleva a la resistencia pacífica, es cuestión de días un paro nacional. Esto constituye nuestro último recurso para decirles a quienes han traicionado la confianza ¡basta ya!
Publicado el 03 de junio de 2015 en www.prensalibre.com por Alejandro Balsells Conde http://www.prensalibre.com/opinion/crisis-total
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