Ud. también, presidente

Al destaparse públicamente el caso de La Línea, la funcionaria más golpeada del gobierno fue la ahora ex vicepresidenta Roxana Baldetti. Su cercanía con Juan Carlos Monzón Rojas, presunto jefe de la estructura criminal, le valió la salida del cargo. Nadie puede creer que una mujer con el perfil de Baldetti estuviera engañada y que las maniobras de Monzón le fueran desconocidas. A eso se le sumaron las escuchas telefónicas con seudónimos tan sugerentes como “la R” o “la 2” y su penosa comparecencia ante los medios, el domingo 19 de abril, en donde prácticamente aceptó que ella alertó a su secretario privado sobre lo que sucedía en Guatemala.


Lo demás es historia, Monzón sigue prófugo de la justicia y la otrora poderosa vicemandataria está despedida y arraigada, aunque hay quienes aseguran que ya salió del país. La salida de Baldetti se dio de forma tardía, cuando finalmente el presidente Pérez Molina entendió que era la única manera de ganar un poco de oxígeno. Pero más de 60 mil ciudadanos congregados en la Plaza de la Constitución (#16M) le recordamos al mandatario que no solamente se exigía la salida de Baldetti, que él como cabeza del gobierno era también políticamente responsable y debía dejar el poder.

La respuesta de Pérez Molina no se hizo esperar. La renuncia de algunos de sus ministros cuestionados por actos de corrupción, y unas cuantas medidas administrativas como terminar con las intervenciones en las aduanas o rescindir algunos contratos lesivos, fueron las cartas que jugó el mandatario como para tratar de disminuir el descontento. Pero un día después, con las capturas de los implicados en el fraude del IGSS —incluida la del presidente de la Junta Directiva, Juan de Dios Rodríguez— el mandatario está en la misma situación que Roxana Baldetti.

Recordemos que cuando estalló el escándalo MDF (el de los Q82 millones robados al Congreso) y apareció un cheque a nombre de Pérez Molina, fue Rodríguez quien lo sacó del bochorno “comprándole” al entonces candidato del PP una propiedad para que pagara la supuesta deuda que tenía con esa entidad financiera. Recordemos también que al nomás asumir la presidencia, Pérez Molina lo colocó como su secretario privado y solo lo movió de ahí para trasladarlo a la presidencia del Seguro Social, desde donde condujo hábilmente las negociaciones para la elección de Fiscal General y magistrados a las cortes (InsightCrime, 18/9/14). Ahora que no venga el presidente a alegar demencia y argumentar que él no tiene nada que ver con las actuaciones de sus subalternos. Su responsabilidad política es innegable, y las investigaciones dirán si existe alguna de otro tipo.

Porque a estas alturas es muy difícil para el mandatario negar que hubo una estrategia muy bien planificada de tomar por asalto las instituciones estatales para realizar millonarios negocios ilegales (IGSS, aeropuerto, aduanas, contratos mineros, estudios de impacto ambiental, Lago de Amatitlán, etc.) y garantizarse impunidad con unas cortes a la medida.

No le queda otra, renuncie presidente. Asuma su responsabilidad política y entienda bien el mensaje de la gente en la calle: “Usted, está despedido”.

 
Publicado el 26 de mayo de 2015 en www.prensalibre.com por Marielos Monzón
http://www.prensalibre.com/opinion/ud-tambien-presidente

No Responses

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


The reCAPTCHA verification period has expired. Please reload the page.