La ciclovía y la ley del más fuerte

Slide“El desorden y el crimen son como las infecciones y el cáncer para el organismo”.
Pío Lindo se leía en el logo del camión fugitivo. Domingo por la mañana, alrededor de las 7:30 a. m. Decenas de corredores y ciclistas dominicales ordenada, pacífica y respetuosamente se desplazan a lo largo de la ciclovía de la avenida de La Reforma. Crucero de la avenida de La Reforma y décima calle de la zona 10. Semáforo en rojo para el camión y para quienes desean cruzar la avenida; verde para quienes vienen sobre la avenida, incluidos corredores y ciclistas usuarios de la ciclovía que se desplazan sobre el arriate central, según el Artículo 12 (Derecho de vía) de la Ley de Transito: “Las personas tienen prioridad ante los vehículos para circular en las vías públicas, terrestres y acuáticas, siempre que lo hagan en las zonas de seguridad y ejerciten su derecho por el lugar, en la oportunidad, forma y modo que normen los reglamentos”. Pequeño pero importante detalle que, aparentemente, no conocía el abusivo piloto del camión.

Con toda la alevosía y ventaja que le dan las seis ruedas, motor Turbo Diésel de 6 mil centímetros cúbicos, seis velocidades, furgón cerrado de 20 pies y las seis toneladas de carga de su camión, poco le importó a este piloto quién estuviera enfrente. El pedido que tenía que entregar era más importante que respetar el rojo del semáforo o los derechos de las personas que cruzaban la calle en la zona de seguridad diseñada para ello. Esa es la lógica de la jungla de cemento, en donde, si se pudiera hablar de una cadena trófica, mientras más grande sea el número de neumáticos, cilindrada del motor, peso y longitud del ejemplar, más capacidad de abuso tiene sobre los demás. Desde esta perspectiva, ciclistas, peatones y corredores constituyen la base de esta pirámide ecológica y, por tanto, no tienen ni merecen derecho alguno. Tanto así que, mientras el piloto del camión flagrantemente se cruzaba en rojo, su ayudante, a gritos, se burlaba de los pobres deportistas que estuvimos a punto de ser arrollados.
A nivel local, como es el caso de la convivencia entre usuarios, peatones, motoristas y pilotos de vehículos a lo largo de la ciclovía, y como bien dice el politólogo James Q. Wilson, “El desorden y el crimen son como las infecciones y el cáncer para el organismo”. Dejar pasar incidentes como este no solo debilita aún más el ya débil sistema inmunológico de nuestra comunidad, sino también pone en riesgo la viabilidad de proyectos novedosos que buscan mejorar la calidad de vida en la ciudad. Corresponde ahora al grupo dueño del camión placas 755 BHZ hacer lo que corresponda para que sus colaboradores comprendan la importancia de la responsabilidad ciudadana, la cual, como mínimo, debería materializarse en ofrecer a los demás “el respeto a las normas básicas de convivencia y a la ley”. Sobre todo cuando esta misma empresa dice ser una de las pocas en Guatemala que se administran por valores, con énfasis, entre otros, por el respeto, la responsabilidad y la ética.

 

Publicado el 10 de febrero de 2015 en www.prensalibre.com por HUGO MAUL R
http://www.elperiodico.com.gt/es/20150210/opinion/8309/La-ciclov%C3%ADa-y-la-ley-del-m%C3%A1s-fuerte.htm

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