De boca en boca

Si dos personas escuchan un chisme y a los 15 minutos lo comentan con otras dos, y éstas a su vez con otras dos en 15 minutos, en 7 horas el chisme habría llegado a 340 millones de individuos.

Con el mismo esfuerzo, la verdad puede llegar tan lejos como la mentira, lo que necesitamos es gente buena dispuesta a compartirla, que no se quede de brazos cruzados y que en sus respectivos foros, empresas, trabajos y recorridos, la lleve a otras personas.

¿Cómo hacemos para que el pueblo no perezca por ignorancia? ¿Cómo logramos sembrar un mínimo de educación en la gente? ¿Cómo advertimos a alguien de los peligros que conllevan los engaños de otra persona? ¿Cómo combatimos la inconsciencia cívico-política?

Las anteriores preguntas, ciertamente tienen diversas respuestas. El problema es visiblemente real y las soluciones van desde cosas elementales, hasta políticas de Estado. En ese sentido, tengo la percepción que como nación hemos sido incapaces de abordar el fondo del dilema, con lo cual se pone en evidencia que no ha existido voluntad política para resolver el flagelo de la ignorancia cívica y política. Ahora piense usted: ¿quiénes se benefician de tener un pueblo ignorante?

Hoy escribo con la intención de proponer una solución parcial y de corto plazo, como aquella que caracteriza al Chapín y su ingenio a través del “Chapuz”. Supongamos que mercadológica y socialmente, sea “bastante cierto” que las personas de la capital (incluyamos con un +\- al departamento de Guatemala) en comparación con el área rural, contamos con acceso a más recursos, más información, más nivel de competencia, mayor tráfico de bienes y servicios públicos privados, mejor educación, mejores ponencias sobre los problemas nacionales, etcétera.

En lo político, podríamos decir que las propuestas populistas cada vez impactan menos en el departamento de Guatemala, pero florecen más en el interior de la República, ¿cierto? Sin lugar a dudas, Guatemala es un lindo país, pero no podemos negar las grandes necesidades de la mayoría de la población y la enorme brecha que existe en el ingreso “per cápita”, lo cual permite a políticos sin escrúpulos, manifestarse con falacias, discursos de resentimiento y ofrecer a la gente de extrema necesidad, propuestas que no solamente son nefastas, sino que hacen más grande la brecha social. Lo anterior, usualmente concluye en la conversión del sufragio, al sometimiento y prostitución del voto, ¿a cambio de qué? A cambio de un “regalito de Judas” y una promesa que nunca se hará realidad.

Analicemos un poco lo que digo: ¿Algún Gobierno realmente ha generado el clima y las oportunidades para lograr el desarrollo integral al pueblo de Guatemala? ¿Han sido sostenibles las políticas sociales y de subsidio para la población? ¿Hemos avanzado en materia de transparencia y corrupción? ¿En qué se ha despilfarrado la deuda pública? ¿Hay más oportunidades de trabajo decente? ¿Realmente se firmó La Paz? ¿Le parece broma que en Guatemala, la gente diga que el peor Gobierno y Congreso siempre serán los próximos? No deseo imponer las respuestas, pero estoy seguro que la mayoría coincide conmigo: ¡No, No y No!

Irónicamente, las remesas y el dinero del narcotráfico han creado una masa monetaria que ocasiona un espejismo ante la población, algo así como la “Teoría Keynesiana a la Tortrix”: mientras abunde y fluya el dinero, que se maquillen los problemas. Esto ha permitido la aparición de “cacicazgos” en varios gobiernos municipales, los cuales someten a la población en climas de conflictividad, para cumplir propósitos que distan mucho de la superación de la gente.

La propuesta que hago, por supuesto debe enmarcarse dentro de la legalidad: debemos respetar que el voto es libre y secreto; no levantemos campañas negras pues eso nos rebaja a la altura del mal que estamos combatiendo. Les recuerdo una vez más que el sistema político-electoral se sustenta en una garantía constitucional del ciudadano: “velar por la efectividad del sufragio y la pureza del proceso electoral” ¿está dispuesto a defenderla usted, o está esperando que alguien más lo haga?

De la misma manera que el ingenio Chapín nos permite generar y circular los conocidos “memes” cada vez que algo simpático o fuera de lugar sucede, ¿qué tal sería transmitir de boca en boca, las verdades que nos acosan y los ejemplos que las sustentan?

¿Qué mejor obra social que sacar de la ignorancia a una persona?

Publicado el 28 de enero de 2015 en lahora.gt por Estuardo Gamalero
http://lahora.gt/de-boca-en-boca/

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