El fracaso del estatismo y la ingeniería social como bases del desarrollo

Ilustración: Víctor Matamoros

Ilustración: Víctor Matamoros
 
Steven Hayward describe en su libro La Era de Reagan: la caída del antiguo orden liberal 1964-1980, el contexto político de Estados Unidos iniciado a mediados de los años sesenta. El autor nos muestra cómo una nación conocida tradicionalmente por su visión de un Estado limitado y valores conservadores, se convirtió en una sociedad donde el Estado adquiría un papel más importante en la vida de los ciudadanos.
 

A raíz de este cambio en los valores políticos, según el autor, surgió el concepto de la Gran Sociedad acuñado por el presidente Lyndon B. Johnson, quien impulsó la famosa Guerra contra la Pobreza, un conjunto de políticas públicas del Gobierno federal, que tenían como objetivo erradicar la pobreza en el país.

Hayward argumenta que dichas iniciativas fueron un fracaso precisamente por basarse en el supuesto que el desarrollo económico y político, pueden ser planificados y generados desde arriba. La ingeniería social, dice Hayward, es la creencia que así como es posible para el hombre diseñar una máquina, también le es posible diseñar una sociedad.

Mientras leía a Hayward, no podía evitar hacer una analogía con el clima político guatemalteco actual. Percibo que, con algunas excepciones, tanto los académicos, como los analistas políticos y buena parte de líderes políticos en el país, siguen una retórica estatista, la cual exponen en sus intervenciones, columnas de opinión, ensayos académicos y demás instancias. Su argumento principal es que el problema de Guatemala es la debilidad del Estado para poder resolver los problemas sociales del país. Tengamos más Estado, aseguran, para resolver lo que el mercado no puede.

A raíz de esto, el país se dirige hacia un sistema político en el que el Estado será el eje principal en la vida del guatemalteco. No es paranoia, en la actualidad, los guatemaltecos tienden más hacia la izquierda y esto se nota en la práctica cuando los gobiernos, independientemente de su autoidentificación ideológica, reclaman un aumento en los ingresos del Estado, creación de más instituciones, y buscan regular todas las actividades económicas posibles. Se cree que la solución es más impuestos, más burocracia y más regulaciones a las actividades privadas.

Estos mismos grupos argumentan que la transformación del país pasa por reunir un grupo de intelectuales y estudiosos para realizar planes, implementados desde el Estado, dado que los guatemaltecos no tenemos la capacidad de tomar buenas decisiones, y sin el Estado, no somos capaces de mejorar nuestras vidas. Es decir, aquí también se ha adoptado una fe ciega en la ingeniería social.

La experiencia de Estados Unidos en los años sesenta nos demuestra que los promotores del estatismo no pueden estar más equivocados. La Guerra contra la Pobreza fue un fracaso. Estamos hablando de Estados Unidos, un Estado fuerte, el cual no fue capaz de afrontar estos retos que según los tecnócratas era posible solucionar. En el caso de Guatemala, con un Estado por demás ineficiente, patrimonial y clientelar, toda iniciativa de ingeniería social está destinada al fracaso.

Es inevitable que Guatemala se dirija hacia el estatismo. El resto de Latinoamérica ya lo ha hecho, con casos extremos como el venezolano. Los fracasos del estatismo muestran claramente que el progreso de un país no es producto de la planificación de los tecnócratas, ni de la supuesta bondad de los gobernantes, sino que depende de las iniciativas individuales que al sumarse, producen resultados positivos para la sociedad.

Hayward describía en su libro que la caída de este orden liberal en la década de los ochenta dio paso al liderazgo de Ronald Reagan, quien aseveraba que el Estado era el problema y no la solución. Dios quiera que los guatemaltecos pronto entendamos que el destino de nuestro país está en nuestras manos y no en las de un Presidente.

Sociedad de Plumas es una red de colaboradores comprometidos con promover en las páginas editoriales el balance, el contraste y la propuesta constructiva.

Publicado el 25 de enero de 2015 en www.elperiodico.com.gt por Jonatan Lemus 
http://www.elperiodico.com.gt/es/20150125/domingo/7562/El-fracaso-del-esta

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