Estuardo Zapeta

Veamos: si yo preguntara a estas chorchitas si prefieren el 20% de 100 o el 10% de 300, estoy seguro que los muy insensatos dirían que prefieren el 20% de 100, porque ven que el “20%” es un número más “grande” que el “10%”.

No ven semejantes incultos que en el primero caso serían “20”, y en el segundo sería “30”, y 30 es mayor que 20, pero los muy necios se dejaron llevar por los “porcentajes” y no por el número más importante, el 300.

Así es la lógica de estas almas en pena, las cuales fueron advertidas en incontables veces que si en 2012 procedían a aprobar los mamarrachos de leyes de “antievasión” y “actualización tributaria” –nombres rimbombantes para clavar el “puñal fiscal”– las cuales, y lo dije todo el tiempo, harían que cayera la recaudación. Dicho y hecho. Aprobadas esas estúpidas leyes, y tronó la recaudación, pero porque detuvieron el avance económico que venía en ascenso durante el último año de gobierno de la Arañita y el medio mudo del Álvaro.

Y ahí andan estos naranjitos ahora en trapos de cucaracha.

Pero lo que no han entendido estos idiotas es que no es la recaudación la que tiene que aumentar; es la economía la que tiene que crecer. El aumento de la recaudación es una consecuencia del crecimiento económico, no una causa. Pero se empecinan estos necios en su cantaleta de “aumentar la recaudación”, empujados por los otros mulas del banco mundial y del fondillo monetario internacional.

Creyendo esas muladas mundiales e internacionales se metieron a ponerle impuestos a la telefonía, aumentaron en 1,000% el impuesto a la minería, y se fueron shucos desde los areneros hasta los del oro y la plata.

Ahora, en una estupidez aún más grande, no solo proponen aumento de impuestos a las bebidas alcohólicas y al tabaco, sino también el aumento del IVA del 12% al 15%. Es que, de veras, no rebuznan solo porque no les da la voz.

El aumento del IVA va a desacelerar la economía aún más. Digo, más de lo que hicieron las leyes aprobadas al inicio de la administración Baldetti-Pérez, en ese orden.

Pero un impacto enorme en el aumento de impuestos al bendito “güaro” y a los “chancuacos” será una caída en la recaudación fiscal por esos productos acompañada de un tsunami de CONTRABANDO desde lugares tan lejanos como China, o tan cercanos como México, Honduras, Belice o El Salvador.

Y lo que menos quiere ahora su señorío mata-tero-tero-lá es que la economía se vuelva una vil tortuga, que por ese camino va, y que las mafias del contrabando invadan, sea con licor “El Machetero”, o con cigarros falsos y de contrabando, la economía chapina.

Así que, cometer dos veces la misma tontería, una en 2012 y otra ahora en 2015, sería tropezar de nuevo, y con la misma piedra. ¡Ah, piedra más bruta!