Incongruencias salariales

Cualquier incremento salarial por arriba de las proyecciones inflacionarias encarece automáticamente la contratación de mano de obra, lo cual provoca destrucción de empleo y reducción en la capacidad de generación de empleo del sistema productivo. Situación que se agudiza en sectores económicos que venden sus productos en mercados altamente competitivos, en donde no se pueden trasladar estos costos adicionales a los precios de venta, y en actividades económicas en donde el pago de salarios constituye el principal costo de operación. De nada sirvió el tan cacareado “Acuerdo de Estabilización de Precios”, que incluye acuerdos de mantener estables los precios de más de 14 sectores económicos estratégicos. En un contexto de estabilidad de precios para los principales rubros de gasto de la canasta de consumo, y sin ganancias reales en materia de productividad laboral, no hay justificación para las alzas salariales que han ocurrido recientemente.

 

Si el referido acuerdo ha de ser tomado en serio, no había razón alguna para aumentar los salarios mínimos de los trabajadores del sector privado en cinco por ciento, mucho menos para que los salarios del magisterio y los salubristas aumentaran en más de diez por ciento para el 2015, salvo los intereses electorales. Incluso, aceptando que dicho acuerdo no es más que pura estrategia electoral, tampoco había mucha justificación para tales aumentos dados los bajos niveles de inflación en 2014 y las proyecciones para 2015. Lo que es más grave, hace unos 30 años, cuando estuvieron de moda en la región pactos como estos, siempre se incluyó en ellos la congelación de los salarios y el gasto público. Elementos que, ni por casualidad, están presentes en las valoraciones de las más altas autoridades del Ejecutivo cuando toman decisiones en materia salarial y fiscal.

De esa cuenta, no debe sorprender a nadie la poca importancia que se presta en los más altos círculos oficiales a los efectos de tales medidas sobre sectores estratégicos para el desarrollo del país. Los efectos negativos del aumento de salarios recién decretado; de la constante apreciación cambiaria; y, la incapacidad del partido oficial por encontrar un sustituto para el régimen de incentivos del Decreto 29-89, los sentirá sobre todo el sector exportador. En especial, el sector de la industria de confección de vestuario y textil, en donde los costos laborales son particularmente importantes.

Publicado el 20 de diciembre de 2014 en www.elperiodico.com.gt por Editorial
http://www.elperiodico.com.gt/es/20141220/opinion/6449/Incongruencias-salariales.htm

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