Puede suponerse que es dinero para la campaña, que contribuirá a fortalecer la viabilidad electoral de los líderes que viven de la corrupción.
A ello habrá que agregar otras fuentes de corrupción que no conocemos pero que seguramente se darán, como quedó reflejado con absoluta claridad este año en el caso del Ministerio de Salud, reconocido por el propio gobierno, y en el Ministerio de Gobernación, ilustrado por la acuciosa investigación de Contrapoder. ElPeriódico, sujeto a un implacable acoso, también ha puesto en evidencia otra manifestación de la corrupción: el enriquecimiento inexplicable, reflejado en el consumo descarado, como la compra de yates y chalets así como la exhibición de caballos de pura raza, símbolo de un nuevo estilo de vida basado en la simbiosis de los negocios y de la política.
Refleja la ausencia de sanción social o de costo político de la corrupción. Estamos en el mundo al revés: los que señalan la corrupción son víctimas de acoso y de acciones arbitrarias, mientras que los responsables de la corrupción hacen gala de un consumo conspicuo que muchos no solo aceptan sino toman como ejemplo a seguir.
El tema central que plantea este presupuesto es la corrupción y no los impuestos. La reacción contra los impuestos incluidos en el presupuesto refleja la debilidad política del sector privado, que ahora protesta porque no fue consultado, pero el impacto económico de estos impuestos es menor.
Hay que aumentar el costo político de la corrupción. Tres tipos de acciones se justifican. En primer lugar, apoyemos a los medios de comunicación que denuncian la corrupción y son víctimas de acoso, como elPeriódico. Segundo, realicemos un intenso monitoreo de las contrataciones de ONG por parte de los consejos departamentales de desarrollo y de lo que ocurrirá con los casi dos mil millones de quetzales destinados supuestamente al Ministerio de Comunicaciones. Pero eso no basta, porque actualmente la corrupción se ha convertido en una ola casi imparable. Por ello sería necesario constituir, en tercer lugar, una Instancia Nacional contra la Corrupción, con amplia representatividad e independiente de su orientación ideológica, que tome como punto de partida el rechazo a la corrupción que permite el presupuesto 2015.
Publicado el 08 de diciembre de 2014 en www.prensalibre.com Juan Alberto Fuentes Knight http://www.prensalibre.com/opinion/No-a-la-corrupcion_0_1262273948.html
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