En referencia al veredicto de la CC

La Corte de Constitucionalidad, al anunciar ayer el veredicto al que llegó por mayoría, dejó en firme la elección de los 13 magistrados de la Corte Suprema de Justicia y de los 42 de las salas de todo el país, con lo que puso punto final a una batalla jurídica iniciada desde hace semanas, en la que varios grupos de la sociedad utilizaron sus derechos legales para solicitar la repetición en la forma como se llegó a esos resultados.

Obviamente, la decisión despertará aplausos de un sector de la población y críticas de otro, por lo cual es necesario hacer un análisis lo más sereno posible acerca de las consecuencias y de las motivaciones de los actos previos.

La principal sorpresa de este proceso lo constituyó el acuerdo que alcanzaron los archienemigos políticos Partido Líder y Partido Patriota para que la elección en el Congreso fuera lo antes posible. En efecto, así sucedió, y tomó a los diputados de las dos agrupaciones levantar la mano, alcanzar la mayoría y dejar sin oportunidad a los partidos de oposición.

Esto puede interpretarse como una acción de oportunismo de ambos, pero también, como ocurre en  otros países, como una acción en la que los beneficios partidistas deben dar paso a la necesidad de que el país no quede aún más a la deriva.  Los lideristas, inmediatamente después, han seguido su ataque constante al Gobierno.

El caso más sonado fue el de la magistrada electa a la Sala Quinta de Apelaciones, Claudia Escobar, quien decidió renunciar al cargo por considerar viciado el proceso. El factor que despierta malicia fue la increíble velocidad —menos de un minuto— con que esos dos grupos parlamentarios unidos levantaron sus manos para aprobar lo que ahora fue finalmente autorizado por la CC.

Se debe recordar que no abogaron en favor del proceso muchas acciones efectuadas que minaron la confianza de la población. Sin embargo, no se puede indicar que se les haya impedido utilizar los mecanismos legales. Igualmente, es imposible negar que el largo tiempo tomado también ayudó a que la oposición utilizara las oportunidades para criticar y hacer señalamientos que fueron comentados y publicados por la prensa nacional, cuya tarea profesional  no parece haber sido motivo de señalamientos y críticas válidas.

La decisión de la CC fue por mayoría. Votaron a favor los magistrados Roberto Molina Barreto, Alejandro Maldonado Aguirre y Héctor Hugo Pérez Aguilera, y en contra, los magistrados Gloria Porras y Juan Carlos Medina Salas, suplente. Debido a ello, los magistrados electos tomarán posesión de sus cargos en un plazo no mayor  de cinco días.

Es evidente que la decisión de la CC traerá consecuencias, así como que quedan sectores insatisfechos. Los magistrados deben tomar eso en cuenta para que su actuar sea  correcto,  legal y lógico, y así iniciar la  recuperación de la confianza nacional e internacional, sin la cual  no es posible que el país funcione. Ahora  tienen la pelota los electos, quienes   con sus acciones demostrarán si se justificaban o no las críticas y temores por su llegada.