La otra junta

JORGE JACOBS A.

Si pudiera votar en el Congreso, votaría porque la junta directiva del año entrante esté formada por los partidos de oposición. Es la única alternativa que tenemos para que exista algún mínimo grado de “división de poderes” en nuestro país. No es que los diputados de la oposición sean mejores que los oficialistas; simplemente que no tan fácilmente se pondrán de alfombra ante cualquier capricho de los gobernantes, como ha sido la costumbre de esta legislatura en los últimos tres años. ¡No a las aplanadoras en el Congreso! Un principio básico de la República es la división de poderes, es decir, que cada uno de los poderes en que está dividido el gobierno sea independiente y no esté sometido a ningún otro. La razón de ser de esta división es que exista la posibilidad de que entre ellos se puedan fiscalizar y que nadie tenga el poder absoluto.

Cuando esta separación de poderes no existe y una persona o un pequeño grupo controla todos los organismos, lo que se tiene es una dictadura, indistintamente de que aparente en el papel existir esa división.

Es así que hemos visto muchos casos de países en donde supuestamente existen los tres poderes separados, pero en la práctica, el gobernante ejerce el control sobre todos. Tenemos aquí cerca el caso de Venezuela, en donde Hugo Chávez era el dueño y señor del país. Aunque formalmente existía un Congreso y un Organismo Judicial, en la práctica, ambos se sometían a todos los caprichos del finado, lo cual se prestaba para toda clase de abusos. Maduro ha intentado mantener funcionando el mismo esquema, aunque a él parece que se le va a ir de las manos.

En Guatemala durante mucho tiempo tuvimos congresos con aplanadoras oficiales de lo más variopintas —aplanadora verde, azul con amarillo, manita azul, etc.— que convertían el parlamento en una simple oficina de trámites del presidente, quien les ordenaba a qué cosas ponerle el sello de “aprobado”. Afortunadamente y gracias a muchas personas que realizamos campañas en contra de las aplanadoras por varios años, finalmente hace algunas elecciones los votantes parecen haber razonado aunque sea un poco su voto, cruzándolo, y no le han concedido aplanadora al partido oficial.

Pero como los políticos siempre encuentran cómo jugarle la vuelta a los ciudadanos, se las han ingeniado para convencer, se dice que con dinero, a diputados de otros partidos a que voten con ellos. De allí que, en la actual legislatura, aunque el partido oficial no ha tenido aplanadora, se las ingeniaron durante varios años para funcionar como tal, aprobando “de urgencia nacional” cuanto capricho se les ocurrió a los gobernantes.

Ahora, en la  recta final de esta administración, creo que la integración de la junta directiva más sana y que haría menos daño a los ciudadanos, sería una de oposición. No se confunda. Ni por un momento creo que los diputados de la oposición sean mejores que los oficialistas, sino quizá mucho peores. Pero lo importante para los ciudadanos es que el poder no esté concentrado para que los políticos no nos puedan hacer tanto daño como quisieran en su último año.

Publicado el 29 de octubre de 2014 en www.prensalibre.com 
http://www.prensalibre.com/opinion/La-otra-junta_0_1238876385.html

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