No debemos hacer del contrabando un problema eterno

La queja se repite y se repite, y las explicaciones y justificaciones, también. Hasta ahora, es claro que el Estado va perdiendo la batalla contra el contrabando, una actividad criminal que, como todas, encuentra en la fragilidad de las instituciones y la riqueza que genera los sustentos para sus operaciones.

Aunque no existen estimaciones oficiales que cuantifiquen el impacto de este “negocio”, algunos sectores proyectan datos que dimensionan la situación. Por ejemplo, la Asociación Nacional de Avicultores (Anavi), una de las más golpeadas por este ilícito, considera que el 20% de los huevos que se consumen en el país viene del contrabando. Los expendedores de combustibles contabilizan que, diariamente, unos 250 mil galones entran al país de manera anómala, mientras que el ingreso corrupto de cigarrillos mantiene debilitado el sector.

Según las autoridades, los huevos, las gasolinas y los cigarrillos son los productos más afectados por esta competencia desleal, pero la actividad se ha ampliado prácticamente a todos los sectores. Aunque el Estado ha reaccionado, con la aprobación de leyes específicas, fiscalías especiales y consejos y comisiones que integran a, prácticamente, delegados de todas las partes interesadas (ayer se sumó una nueva Fuerza de Tarea), el problema sigue latente, al punto que el propio presidente de la República, Otto Pérez Molina, reconoce que el tema estuvo presente en el 70% de las recientes reuniones que él y sus ministros mantuvieron con diferentes sectores productivos de la nación.

Precisamente ayer, cuando anunció esta nueva Fuerza de Tarea, el ministro de Gobernación, Mauricio López Bonilla, aseguró que ya ubicaron una gasolinera mexicana que surte las pipas de combustibles que ingresan ilegalmente al país, aunque advirtió que la porosidad de las fronteras complica la batalla. En fin, y parafraseando a Javier Monterroso, quien fungió como secretario de la ex fiscal general anterior, para enfrentar con éxito el ingreso de mercancías que no paga impuestos se requiere más sistemas de detección y más vigor de la Superintendencia de Administración Tributarias (SAT), pues “el gran contrabando” pasa, justamente, por las aduanas.

Identificados los departamentos con mayores índices de este tipo de defraudación, conocidos los productos más vendidos, sabidos de que hay 117 pasos ciegos y enterados de la gasolinera que surte, lo menos que se puede esperar es una batalla más frontal y fructífera, que nos encamine a un Estado capaz de solucionar un problema que se tornó eterno.

Publicado el 23 de Octubre del 2014 en www.s21.com.gt por Editorial siglo 21
http://www.s21.com.gt/editorial/2014/10/23/no-debemos-hacer-contrabando-problema-eterno

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