Retroceso en salud

DURANTE LOS DOS AÑOS y medio de gobierno de Pérez Molina el sistema de salud del país ha experimentado un serio retroceso que pone en riesgo la atención de la población más pobre. Si se tuviera que calificar la gestión de salud en esta administración, existe una sola frase para definirla: Es un desastre. La más reciente decisión   de rescindir contratos a organizaciones que prestan asistencia en el área rural deja a más de dos millones 600 mil personas de escasos recursos sin acceso a servicios asistenciales, lo cual es un crimen. Esa situación de vulnerabilidad es la que refleja el informe del Índice de Desarrollo Humano, del PNUD, que ubica a Guatemala en el puesto 125 de 187 países evaluados, en el que la salud es un elemento esencial.

ESTE FENÓMENO SE HA VUELTO cíclico y en cada administración aparecen  grandes baches. La falta de atención a la salud, como un derecho fundamental, es un problema estructural que no han podido resolver los distintos regímenes y el actual no es la excepción. En el área urbana se observa el declive de hospitales como el Roosevelt y el San Juan de Dios, además del deterioro  de los centros de salud, donde no hay insumos y escasean las medicinas. Precisamente los dos nosocomios de referencia se han saturado porque los pacientes migran en masa ante el abandono de la salubridad en sus comunidades. Sin embargo, durante este gobierno se ha experimentado una mayor regresión que impacta  en sectores indígenas en situación de pobreza y pobreza extrema.

EL OBSERVATORIO INDÍgena denuncia que en Huehuetenango, Quiché, Quetzaltenango y Alta Verapaz no hay medicinas en los centros asistenciales y los médicos obligan a los pacientes a comprarlas. Esa entidad afirma que en el país se sigue una política en salud excluyente y racista porque no toma en cuenta las características sociales y patrones culturales de la diversidad poblacional. Agrega que no existe una estrategia nacional que tome en cuenta la medicina propia de los pueblos originarios, ya que pareciera que el objetivo fundamental es el uso de medicamentos occidentales cuya compra se presta a la corrupción.

LA CRISIS SERÁ MÁS AGOBIANTE
a partir del próximo viernes, cuando dejen de prestar servicio 18 organizaciones que dan asistencia a 2.6 millones de personas en áreas rurales debido a que el Gobierno canceló 220 contratos que suman Q295 millones. Hay centenares de pequeñas comunidades desperdigadas en la provincia donde no llega la mano del Estado y que eran atendidas más o menos bien con consultorios precarios, pero ahora ni siquiera eso van a tener. El Ministerio de Salud argumenta razones “técnicas” y “baja tributación” para haber tomado esta contradictoria medida que resulta absurda porque se debió haber previsto para evitar que la salubridad se cortara de tajo para millones de connacionales. Ni el más amplio despliegue publicitario gubernamental podrá ocultar esta lacerante realidad que sufren las comunidades marginadas del país.

Publicado el 30 de julio de 2014 en www.prensalibre.com por Haroldo Shetemul
http://www.prensalibre.com/opinion/Retroceso-salud_0_1184281574.html

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