Se hace necesaria la denuncia ciudadana

Entre las tantas prácticas que los guatemaltecos no tenemos bien afinadas se encuentra una con características críticas en nuestros tiempos: la denuncia ciudadana. Una denuncia que también puede interpretarse como fiscalización de la sociedad.

Con toda seguridad, la mayoría de los connacionales ha sido víctima o testigo de abusos por parte de trabajadores públicos, los cuales pueden ir desde los aparentemente más inocentes (como una abusiva atención al público), hasta los más graves (por ejemplo la corrupción).

Sin embargo, muchas veces por miedo y otras por mero desconocimiento, la tendencia es a consentir esas situaciones, y en muchas ocasiones a ser parte de semejantes irregularidades. En cambio, la actitud que debería ir despertando entre los ciudadanos es la de fiscalizar y denunciar, según sea el caso.

Apenas en nuestra edición de ayer publicábamos un reportaje, con fotografías muy evidentes, acerca de la manera tan descarada en la que las autoridades de la Policía Municipal de Tránsito incumplen con su obligación de multar a quienes no portan chaleco y violan otros artículos legales.

Y los ciudadanos somos testigos, a diario, de ese incumplimiento, al extremo que nos conformamos con ver de nuevo a los motoladrones y motosicarios circular a sus anchas.
Ahora también se hacen llamados para que la población denuncie con prontitud a los partidos políticos que incumplen con retirar la propaganda electoral diseminada en vallas, postes, piedras y paredes. Y es oportuno que así sea, pues son precisamente los pobladores los llamados a hacer que se respete el ordenamiento jurídico vigente.

Esta actitud también es la misma que desearíamos de los padres de familia cuando se percatan de que los maestros no asisten a las aulas, o cuando los médicos y enfermeras olvidan que su deber es prestar atención médica constante en hospitales y centros de salud.

Es muy probable que algunas querellas “caigan en saco roto”, pero quienes tienen a su cargo verificar el cumplimiento de deberes de sus subalternos no podrán obviar todas las denuncias todo el tiempo. La fuerza de la constancia terminará por imponerse y solo de esta manera se logrará un cambio.

Los narcotraficantes, los corruptos, los especuladores, los negligentes, los abusadores, los mordelones, los extorsionadores, los violadores y hasta los holgazanes deben ser denunciados. Sin miedo, abiertamente.

Lo importante por ahora es empezar. Entidades públicas como la Procuraduría de los Derechos Humanos o la Dirección de Atención al Consumidor (Diaco), por mencionar solo dos, deben saturarse de denuncias y quejas, como la vía adecuada para exponer a quienes no siguen la ruta de la probidad y el trabajo honesto.

Publicado el 11 de julio de 2014 en www.s21.com.gt por Editorial Siglo Veintiuno
http://www.s21.com.gt/editorial/2014/07/11/se-hace-necesaria-denuncia-ciudadana

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