Llama la atención que el funcionario no haya venido para analizar la situación de la democracia en el país o para conocer el trabajo de la cooperación estadounidense, ni siquiera para discutir la penetración del narco en el Estado, mucho menos por la influencia que otros gobiernos, no alineados a Washington, tienen en la región. Viene para dar instrucciones de qué hacer y cómo hacerlo para que los niños no acompañados no inunden Estados Unidos.
La visita de Biden se puede interpretar como un duro mensaje para los gobiernos regionales, que lejos de mejorar las condiciones de sus habitantes las han empeorado. Además de Biden, otro funcionario que anunció visitar el país es el secretario de Seguridad Interna, Jeh Johnson para discutir la estrategia para “contener la marea” de niños migrantes.
Según las estimaciones de EE.UU, para este año al menos 80 mil niños cruzarán solos la frontera. Un aumento considerable frente a los 24 mil 668 menores indocumentados que pasaron a manos del Departamento de Salud en 2013. En los albergues actualmente hay 1 mil 552 menores guatemaltecos, según las autoridades.
El tráfico de niños se ha convertido en un negocio muy rentable para las bandas de coyotes que cobran entre $6 mil y $10 mil para transportarlos al territorio de EE.UU. con instrucciones de entregarse de inmediato a la patrulla fronteriza para que sean acogidos en un albergue y luego ser reclamados por un familiar. En ese lapso surge una serie de situaciones conmovedoras. El año pasado, unos padres guatemaltecos que radican en Boston, que migraron hace 8 años, mandaron a traer a sus dos hijos que vivían en Joyabaj, Quiché. Los niños, uno de 10 años y otro de 12 años, iniciaron el viaje en noviembre, el cual duraría 15 días. En el trayecto varios grupos de coyotes se hacen cargo de su traslado a través de los 1 mil 700 kilómetros de territorio mexicano. Sin embargo, ya en Tamaulipas, los coyotes comenzaron a extorsionar a los familiares en Guatemala exigiéndoles $2 mil más para liberar a los niños, quienes supuestamente habían sido secuestrados. Los familiares no tuvieron otra opción que depositar el dinero.
Lo curioso de este negocio es que ni México ni Guatemala han querido investigar y desarticular las bandas dedicadas al traslado ilegal de personas. Mucho menos depurar las instituciones migratorias o las fuerzas de seguridad que cobran millones para despejar el paso a los coyotes.
Asimismo, el desentendimiento que existe por parte de las autoridades de ambos países en cuanto a reforzar el patrullaje en la zona limítrofe, aspecto que genera preocupación a las autoridades estadounidenses, según cables diplomáticos filtrados por Wikileaks en 2010. “Solo 125 oficiales de inmigración mexicanos controlan las 577 millas (928 kilómetros) de frontera con Guatemala”.
Indudablemente, el tema migratorio obligará al Gobierno de Estados Unidos a voltear la mirada a estos rincones.
Publicado el 17 de junio de 2014 en www.s21.com.gt por Vinicio Sic http://m.s21.com.gt/nimlaj-tzij/2014/06/17/biden-ninos-migrantes
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