Desarrollo rural: ¿Un enfoque por los suelos?

Hugo Maul R.

Por la generación de empleo en áreas urbanas, millones de chinos han salido de la pobreza.

Reducir el análisis del desarrollo rural a un asunto relacionado única y exclusivamente con la tenencia y distribución de la tierra, no lleva a ningún lado. La insistencia de muchos grupos de apalancar el tema del desarrollo rural sobre el asunto de la tierra, obedece más a razones políticas que a razones económicas, de bienestar, eficiencia o desarrollo humano. Aunque es un hecho que los mayores problemas en materia de desarrollo socioeconómico se encuentran en el área rural, y que una fracción importante de su población depende económicamente de la tierra, es inválido concluir a partir de estas observaciones que lo único que se necesita es dotar de tierra a quien no la tiene. La transición que hoy vive la China, en donde millones de campesinos han salido de la pobreza gracias a la generación de empleo en áreas urbanas, es la muestra más reciente del papel que juega la creación de empleo y la urbanización en el proceso de desarrollo. Lo mismo sucedió, en su momento, en EE. UU., Japón o Corea del Sur; es esto lo que han buscado los millones de guatemaltecos que han emigrado hacia Canadá o EE. UU.

Durante los últimos 60 años se ha buscado el desarrollo rural, mayoritaria y exclusivamente, en base a la entrega de tierras propiedad del Estado. Un modelo que terminó repartiendo casi la mitad de todo el territorio nacional, sin que al momento exista una adecuada evaluación social, financiera, económica y ambiental de tales programas. Lo más grave, a pesar de esta colosal transferencia de recursos, las condiciones de vida de los habitantes en el área rural mejoraron poco. Esta realidad muestra la necesidad de abordar el tema del desarrollo rural desde otras perspectivas, tomar en cuenta otras variables y cuestionar los enfoques que se le han dado a este tema en el pasado. Una de estos enfoques, tal y como lo hace el CIEN en su publicaciónEmprendimiento y Desarrollo Rural, es el de la identificación de las restricciones que limitan el desarrollo de los negocios y la inversión en el área rural. Aunque este enfoque no hace énfasis en la repartición de tierras como un modelo de desarrollo, sí identifica elementos esenciales que permitirían liberar a la población rural de las garras de políticos, burócratas y líderes sociales de dudosa legitimidad interesados en el conflicto y la polarización del debate.

De poco o nada sirve hablar de entregar tierras a la población pobre del área rural, si no se habla del papel que juegan los derechos de propiedad y la certeza jurídica en la promoción del desarrollo rural; del acceso a mercados más amplios; infraestructura; movilización de inversión y tecnología hacia áreas de menor desarrollo; generación de empleo no agrícola fuera de áreas urbanas, y el crecimiento y consolidación de los emprendimientos, independientemente de su tamaño. En general, de las condiciones que promueven el desarrollo, sea este rural o no lo sea. Quienes creen que este enfoque se “va por las ramas” al no abordar explícitamente el “asunto” de la tierra, no se dan cuenta que el otro enfoque “está por los suelos”.

Publicado el 20 de mayo de 2014 en www.elperiodico.com.gt 
http://www.elperiodico.com.gt/es/20140520/opinion/247706/

No Responses

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


The reCAPTCHA verification period has expired. Please reload the page.