Ramón Parellada
Venezuela está convulsionada en estos días. Miles de jóvenes siguiendo el liderazgo de Leopoldo López comenzaron una protesta reclamando “libertad”. Las protestas fueron brutalmente reprimidas por el Gobierno, quien asesinó impunemente a varios manifestantes y ahora culpa a Leopoldo.
Típico en regímenes comunistas o dictatoriales en los que la democracia brilla por su ausencia, los defensores de los derechos humanos se quedan calladitos con excepción de Human Rigths Foundation, que ha estado denunciando las atrocidades cometidas por este energúmeno a quien la izquierda latinoamericana admira mientras calla todas las violaciones cometidas por ese gobierno.
Tal como lo escucha, la izquierda calla pero además algunos se han atrevido a salir a apoyar a Maduro y su tirano régimen. Mientras se rasgan las vestiduras cuando alguien critica la democracia en sus países, aquí callan cobardemente. Ni siquiera los presidentes de los países latinoamericanos se han atrevido a condenar el exceso de violencia injustificada contra estos manifestantes.
Y ¿qué pasará con Leopoldo López, quien se entregó voluntariamente ante una corrupta justicia que nada tiene de “verdadera justicia”? No lo sé. El asunto es que desde que vivía Chávez le han hecho la vida imposible. Este economista de Harvard se ha convertido en un popular líder antichavista y por eso Maduro lo odia y ha inventado toda clase de mentiras para sacarlo del ring, acusándolo de terrorista, golpista y culpándolo por los asesinatos que su propia Policía cometió contra los estudiantes que manifestaban pacíficamente la semana pasada.
Ya se sabe que aquí hay ideología de por medio, pero cuando se trata de dictaduras no debería haber ideología que mediara, sino más bien se tendría que dar una condena generalizada de todos quienes creemos en que el ser humano tiene derechos individuales intocables que han de respetarse siempre y en cualquier condición, como lo son el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad.
Venezuela está que arde. El régimen lanzó todo su ejército, Policía, agentes policíacos encubiertos y su Policía paramilitar a contener a quienes manifestaban pidiendo libertad y que se acabara la dictadura. Por si fuera poco, típico de los dictadorzuelos latinoamericanos, mandó a sus obedientes acarreados, serviles, pagados como siempre, a manifestar, vestidos de rojo, para confrontar a los de blanco. Nada de extrañar; lo ha hecho Fidel Castro, en Cuba; Vladimir Lenin y luego Iósif Stalin, en la extinta Unión Sovietica; Mao Zedong, en la República Popular de China; Kim II-Sung, Kim Jong-il y Kim Jong-un, en Corea del Norte, y así podría seguir mencionando muchos tristes casos, pero estos son los más destacados.
La solución de estos regímenes comunistas o como les gusta llamarse hoy en día, socialistas del siglo XXI, contra los opositores era mandar a silenciarlos. Por ello debemos estar alertas en estos momentos y denunciar esos excesos, pero además, denunciar a quienes callan, pues con su silencio se vuelven cómplices de estos horrendos crímenes.
Es increíble lo que primero Chávez y ahora Maduro han hecho en Venezuela. Un país con tanta riqueza destruido por ignorantes que usan la fuerza antes que los argumentos y el hígado en vez del cerebro. Ese país pasó de ser rico y crear riqueza a tener escasez hasta de papel higiénico. La ignorancia económica es tal que están cometiendo todos los errores económicos típicos que generan escasez y acaban con la poca riqueza.
Temo por la vida de este valiente líder, Leopoldo López. Seguramente su popularidad le salvará, pues si lo eliminan se convertiría en mártir.
¡Liberen a Leopoldo López!
Publicado el 20 de febrero de 2014 en www.s21.com.gt http://www.s21.com.gt/hacia-libertad/2014/02/20/liberen-leopoldo-lopez
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