Salarios y calidad educativa

Hugo Maul R.

Reducir toda la problemática a aumentos de sueldos, es una estrategia equivocada.

Como mínimo habría que exigir mayor calidad educativa a cambio de los aumentos salariales a los trabajadores del Mineduc. Aunque cualquier persona con un poco de experiencia en cuestiones administrativas y sentido común sabe bien que este es un caso perdido. El referido aumento obedece a cualquier otra razón, menos a una estrategia bien diseñada para mejorar la calidad de la educación que reciben los niños.Los aumentos salariales son tan solo una condición más entre otras muchas condiciones necesarias para mejorar la calidad educativa. Si bien las bajas remuneraciones afectan negativamente la motivación de los docentes y la calidad del capital humano que se atrae a esta profesión, no se puede afirmar que el aumento de salarios sea la condición necesaria y suficiente para transformar la calidad de la educación en Guatemala. Existe un sinnúmero de variables que afectan la calidad educativa y que no tienen nada que ver con mejorar el salario de los docentes o de los empleados del Mineduc.

Sin embargo, para los políticos y líderes sindicales de turno resulta mucho más fácil reducir toda la problemática a un asunto salarial que afrontar los verdaderos desafíos de la calidad en la educación pública. No hay otra forma de entender el pacto colectivo de condiciones de trabajo entre el Mineduc y sus sindicatos, y el acuerdo gubernativo en donde se “otorga un reajuste salarial a todos los funcionarios y servidores públicos del Mineduc, de cualquier nivel jerárquico, sin exclusión alguna, de forma escalonada… a partir del … 2013 un incremento del 8 por ciento del salario base… a partir del …2014 un incremento del 10 por ciento … a partir del… 2015 un incremento del 12 por ciento”.

Reducir toda la problemática de la calidad educativa a aumentos salariales es una estrategia equivocada. Independientemente la cantidad de recursos con que cuenten el Mineduc o el Gobierno de Guatemala, los miles de millones de quetzales que se destinan a los aumentos salariales implican sacrificar otros elementos esenciales para garantizar una mejor calidad de la educación. Si hubiera que juzgar al referido acuerdo gubernativo bajo la lógica de la gestión por resultados, ahora tan de moda en el Minfin, haría falta aclarar que nada puede esperarse en materia de mejora en la calidad educativa derivada de este incremento en el gasto.

Tanto o más importante que los salarios de los docentes es el ambiente organizacional dentro del cual estas personas ejercen sus labores. Salarios más altos difícilmente compensan un deficiente ambiente laboral; la deficiente calidad profesional de las autoridades escolares; la escasa autonomía operativa y financiera de las escuelas; la deficiente calidad de los materiales educativos; la baja calidad de la infraestructura y mobiliario escolar; la falta de incorporación de nuevas tecnologías que faciliten la educación; la deficiente formación de los nuevos docentes, etcétera. Obviar estos temas no ayuda en nada a mejorar la calidad educativa.