Tapar el sol con un dedo

No se puede tapar el sol con un dedo, es la sabia afirmación de nuestros abuelos, pero el necio cretinismo de nuestra humana naturaleza nos hace permanentemente buscar cómo refugiarnos de una realidad inevitable y que no por querer ignorar o soslayar de forma poco responsable dejará de afectarnos. Sí, las fiestas navideñas ya están aquí, y una vez más, como todos los años, el ambiente del país y la búsqueda de una realidad mágica que supone se produce con el olvido o la indiferencia hacia temas trascendentes de las condiciones del país,

 propicia oportunidades para que las mafias incrustadas en los poderes del Estado, vuelvan a hacer de las suyas, mientras los habitantes de este bello país vemos para otro lado, pensamos en otras cosas y como opio natural, se adormecen en la esperanza de una nueva vida milagrosa para el próximo año.

No hemos de olvidar que la sentencia sigue siendo válida: ganarás el pan con el sudor de tu frente.

Hoy, mi estimado lector, acudimos como todos los años al circo que el Congreso de la República y el poder Ejecutivo montan para la dizque aprobación del presupuesto del Estado para el 2014, mismo cuya propuesta es ya una cuasi locura que se pierde en la vorágine del despilfarro multimillonario en el que aquellos que nunca han trabajado para producir un centavo —la mayoría de políticos y funcionarios de gobierno— han convertido las arcas del Estado, sin percatarse del grave e irreversible daño que provocan a millones de connacionales que sufren las consecuencias del derroche, despilfarro y latrocinio que hemos aprobado con nuestra indiferencia.

Es mayúscula la irresponsabilidad e ineptitud del poder Ejecutivo de someter a aprobación un presupuesto desfinanciado, donde propone endeudarnos más para pagar el funcionamiento de un aparato estatal inequívocamente incapaz y solamente operativo en sus grandes temas para favorecer el bolsillo de quienes lucran con los dineros de nuestros impuestos. Esto debería ser suficiente para preocuparnos.

Un Congreso de la República que cumple ya varios años de no conocer, no aprobar o improbar la ejecución presupuestaría del Estado como lo manda la ley y que por lo tanto, le convierte en delincuente, mientras apaña a cientos de delincuentes más. Ante esto, nosotros, los ciudadanos y sobre todo, aquellos que podemos comprender más la corrupta arbitrariedad en la que el ejercicio del poder público se ha convertido, nos cruzamos de brazos y preparamos en esta bella época a dejar hacer y dejar pasar.

Una Corte Suprema de Justicia que sin visos de sonrojarse, da muestras obvias y diáfanas de irrespeto al marco jurídico prevaleciente, al no cumplir con los plazos establecidos para definir su presidencia, ante la mirada complaciente de la Corte de Constitucionalidad. Qué podemos esperar si quienes por obvias razones deben ser los más obligados en rendirse ante la majestad de la ley, siguen enfrascados en un juego político y de poder que les aleja cada vez más de ser el modelo referente del cumplimiento de la ley en el país. ¿Con qué moral sus integrantes podrán ser parte de la Corte Suprema de Justicia?

Mientras tanto, nuestro obsoleto aparato productivo sigue viviendo de la importación y el dinero fácil que circula gracias al inexplicable crecimiento de las remesas de nuestros compatriotas y al creciente lavado de dinero que con obviedad se levanta frente a nuestras narices convirtiendo a la otrora tacita de plata en una metrópoli moderna de cemento y sin espacios de circulación más que para automóviles. ¡Qué tal!

Publicado el 21 de  noviembre de 2013 en www.prensalibre.com por Juan Callejas Vargas
http://www.prensalibre.com/opinion/Tapar-sol-dedo_0_1033696645.html

No Responses

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


The reCAPTCHA verification period has expired. Please reload the page.