No era lo esperado, pero tampoco llegar a tanto en los índices de niñas embarazadas. Estamos en el cuarto lugar, superados por Honduras y El Salvador, de acuerdo con el informe de las Naciones Unidas. Ese es uno de los renglones que hacen el total de los graves y serios problemas que afrontamos como consecuencia del factor pobreza que nos tiraniza y que, además de la ignorancia y el escaso conocimiento que las niñas tienen sobre sus períodos de fertilidad, el peligro de las caricias demasiado atrevidas, también hay que agregar el abandono de los padres que por brindar mejoras económicas y vivir al estilo de otros, se lanzan al trabajo los dos y dejan una secuela de lamentaciones para más tarde.
¿No hemos visto en la calle a jovencitos y jovencitas deambulando en busca de aventura, con el cigarro en la boca o el vaso de licor en la mano? ¿Por qué? Muchos de ellos han tenido la experiencia de relaciones sexuales y se encuentran solos. Sin que nadie les diga que en casa tienen que participar en los oficios domésticos, ahora porque están de vacaciones se levantan al mediodía y el resto de la tarde con los amigos ¿qué clase de amigos? Y su entrada después de las 21:00 horas. Su vida la están desperdiciando, no tienen oficio ni beneficio. Los padres ven con indiferencia el comportamiento de sus hijos, no hablemos solo de adolescentes sino de niños. No han llegado a analizar las causas, incidencias y factores de riesgo de crear a su prole en el abandono, para que en la escuela callejera les enseñen otros modales y actitudes y los vean en el cementerio o en la cárcel. La falta de cultura, buenos principios y sensibilidad les hacen víctimas. Las niñas abusadas por familiares o amigos cercanos, lo más indigno de madres como una que hoy aparece como testigo protegido, que vendió la virginidad de su hija por miles de quetzales y con el mayor desparpajo lo admite. Eso es también parte del problema y muy serio en términos de medición, pero como consecuencia de los padres que dejan a sus hijos “recomendados” sin medir los desenlaces trágicos. Algunos hacen la recomendación a la ligera: no tienen medidas de contracepción recomendadas por los fabricantes de anticonceptivos.
Pero no hay uno solo que sea cien por ciento seguro, porque no hay uno solo para cuidar de las cargas emocionales que producen la violación, el embarazo y el ataque. Niños y adolescentes crecen “pegados” a la televisión, cine, música, mensajes en los que las relaciones sexuales sin estar casados son naturales. Porqué no les enseñamos de la abstinencia y que eso es parte del matrimonio que Dios bendice, que es parte de la institución que Él creó, establecida en Génesis cuando dice la Biblia que el hombre cayó en un sueño profundo y Dios quitó una costilla y con ella creó a la mujer. “Adán al verla dijo esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne”.
Publicado el 21 de noviembre de 2013 en www.elperiodico.com.gt por Jorge H. López http://elperiodico.com.gt/es/20131121/opinion/238329/
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