¿Cómo evitar a las Cristinas, a las Cármenes y a las Leslies?

El nombre de Cristina Siekavizza, lastimosamente, es conocido por muchos. Los de Carmen Tuez Franco, sus hijas Andy y Marbella Raymundo Tuez, así como su sobrina Silvia Gaitán Franco, asesinadas cobardemente el 16 de enero de este año, no son tan conocidos a pesar de la conmoción inicial que causó el hecho que sus cadáveres quedaran esparcidos en diversos puntos de la ciudad.

Lo mismo ocurre con el nombre de Leslie del Rosario López, asesinada en estado de gestación junto a sus hijas Ángela y Stefany de 6 y 3 años, respectivamente, en el Sauzalito, zona 6. Los medios reportamos su muerte y luego las casi inmediatas capturas que las autoridades hicieron de los supuestos responsables de ambos hechos y quizá, porque hubo capturas y “se allanó el camino de la justicia”, los casos pasaron a un segundo plano como estuvo por algún tiempo el Caso Siekavizza.

Aunque los casos mencionados no tienen una relación directa, sí representan un fenómeno que se está volviendo muy cotidiano en nuestro país: la muerte de mujeres y peor aún, de niñas y niños que se suman a las 4,661 muertes violentas de hombres en el 2013. Tan solo ayer aquí en La Hora reportábamos que en lo que va del año han muerto 668 mujeres y que aún hay 1,188 alertas Alba-Keneth activas, que es lo mismo que decir que hay esa misma cantidad de menores desparecidos del 1 de enero al 14 de noviembre de 2013.

Y la pregunta es ¿cómo podemos detener esa vorágine? La respuesta elemental es que aprendiendo a respetar a las mujeres y a la vida en sí, pero a la luz de las estadísticas y de las circunstancias, ya cruzamos ese umbral y pareciera que no hay retorno; es ahí donde la justicia tiene que jugar un papel fundamental para asegurar que quien la haga la pague, pero eso sólo ocurrirá si nosotros, como ciudadanos, creemos en nuestra habilidad para incidir y apoyar, en medio de los vicios, a los buenos operadores que tiene el sistema de justicia.

El caso de Cristina Siekavizza y el largo periodo de impunidad en que se mantuvo, despertó un activismo social que sacudió el letargo y la indiferencia y no nos podemos dar el lujo de desperdiciar este momento en que todos estamos un poco más atentos y conscientes de los vicios de nuestro sistema.

Vicios que se repiten a lo largo y ancho en el financiamiento de los partidos políticos, en la corrupta utilización que funcionarios y particulares hacen de nuestro presupuesto lo que, a su vez, los hace desatender nuestras grandes carencias en salud, educación, seguridad y desde luego justicia, sin tomar en cuenta que la creciente deuda contraída compromete el futuro de todos.

Entonces si usted está cansado, si usted está harto de vivir o haber vivido solo refunfuñando, pero sin hacer mayor cosa y el Caso Siekavizza lo despertó para evitar a las Cristinas, a las Cármenes y a las Leslies, así como todas las muertes, la injusticia, la corrupción y la impunidad en general, éste es el momento en que debemos replantearnos nuestro papel social porque queda probado que en la medida en que seamos persistentes, así como han hecho muchos que luchan por alcanzar la justicia antes que la venganza, podremos ver luz al final del túnel.

Ya sabemos que nos desune como sociedad, pero es necesario que encontremos lo que nos une, lo que nos permite ponernos a trabajar juntos por Guatemala. Seguir siendo vigilantes del sistema de justicia en general, ser vigilantes de la elección de Fiscal General y magistrados el año entrante, usando como plataforma a los medios que estamos comprometidos con la construcción de un mejor país, más incluyente, justo, menos impune y corrupto, así como el buen uso de las redes sociales, puede marcar el comienzo de una nueva era en el rol ciudadano.

Solo de esa manera, el legado de Cristina, Carmen, Leslie y los miles que han muerto, se mantendrá intacto y entonces podremos decir, que Dios los ha hecho mártires que con su muerte y el sacrificio y sufrimiento de sus familias, nos permitieron cambiar al país.

De usted y de mí depende que no se apague la llama que nos ofrece una oportunidad de cambio.

 

Publicado el 19 de noviembre de 2013 en www.lahora.com.gt por Pedro Pablo Marroquín Pérez 
http://www.lahora.com.gt/index.php/opinion/opinion/columnas/186922-icomo-evitar-a-las-cristinas-a-las-carmenes-y-a-las-leslies

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