Más impuestos en el horizonte

Hugo Maul R.

 Esa es la naturaleza de los desequilibrios fiscales que vive el país.

Déficit fiscal hoy, más impuestos mañana. Pareciera que gastar más y gastar mal no es problema, siempre y cuando se pueda financiar con deuda. La tendencia natural del ser humano a considerar su “yo futuro” como una persona distinta a su “yo presente”, algo que economistas, filósofos y psicólogos conocen bien, no libra a ningún contribuyente de las consecuencias de permitir que siga aumentando el gasto público de calidad y eficiencia dudosa. No evaluar correctamente las implicaciones de permitir el aumento del gasto público de mala calidad no libra a nadie de las obligaciones futuras derivadas que esto podría traer aparejadas. Mientras más aumente el gasto público sin propósitos claros, prioridades, eficiencia y efectividad, más pesadas serán las cargas de quienes deban el servicio de la deuda en que hoy se incurre.

 Mantener un creciente exceso de gastos sobre los ingresos tributarios es la forma más efectiva de garantizar la necesidad de aumentar los impuestos en el futuro. La falta de claridad acerca de qué tan distante está ese momento en el futuro, no libra a nadie de las consecuencias que el gasto del Gobierno crezca por encima del crecimiento en los ingresos. Apostar a que ese futuro está muy lejano y que serán otras generaciones las que deban hacer frente al problema es muy riesgoso. Al ritmo que ha crecido el endeudamiento público en Guatemala, no hace falta que pase mucho tiempo antes que surja la necesidad de una nueva reforma tributaria.

 En el caso de Guatemala, la necesidad de una nueva reforma tributaria cada vez es más clara. La actual reforma, la Actualización Tributaria, ha probado ser incapaz de proveer suficientes ingresos tributarios para saciar el apetito de gasto del gobierno de turno, mucho menos el de un siguiente gobierno deseoso de empezar todo desde cero. Es así como la necesidad de una nueva reforma tributaria se empezará a materializar tan pronto como los inicios del próximo gobierno o, a lo sumo, a la mitad del próximo periodo presidencial. Esa es la naturaleza de los desequilibrios fiscales que vive el país. Es importante que los contribuyentes actuales, quienes han salido afectados por las anteriores reformas, comprendan bien que ellos serán también los contribuyentes del futuro; que lo que hoy permiten en materia de aumentos al gasto de dudosa prioridad y cuestionable calidad, en aumentos de la deuda pública y en corrupción, más temprano que tarde se les devolverá en forma de más impuestos. Una posibilidad que ya se empieza a manejar por parte de nuestros acreedores; el BCIE, uno de los acreedores menos importantes para Guatemala, pronostica ya la necesidad que tienen los países de la región de “hacer ‘reformas fiscales’ que les permitan aumentar sus ingresos”. Cuánto más no manejarán este escenario las instituciones financieras a las que les debemos más y los organismos internacionales cuya misión es promover este tipo de reformas.

Artículo publicado en el diario guatemalteco El Periódico, el día lunes  12 de noviembre 2013.

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