No más engaños

A los partidos poco les importa la normativa establecida por la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Su reino de triquiñuelas está por encima de todo. En esa materia, si hay acuerdos interpartidarios, todos a violar la normativa. Las giras en el interior, las actividades proselitistas comienzan a inundar los escenarios locales, otra vez desfilan las falsas promesas, ofrecimientos a diestra y siniestra. Todos por igual reparten bobadas, sin contenido mínimamente fundamentado que no responde a las preocupaciones legítimas de los electores.

Ritual que se pierde en la nada, pero que alimenta el juego de intereses que está por detrás de las elecciones que termina siendo un evento que deambula entre fin y medio.

Me pregunto si en lugar de visitar municipio por municipio repitiendo los mismos discursos vacíos e intrascendentes, mejor sería que nos respondan a cuatro asuntos de mayor significado: cómo piensan conciliar sus aparentes buenas intenciones con los intereses de peso de quienes en realidad terminan partiendo el pastel en cada organización; qué harán para intentar controlar los desmanes a los que son presionados por influencia de los financistas; cómo ven a la sociedad guatemalteca y sus principales desafíos; cuáles son las 3-4 prioridades “esenciales” que persiguen enfrentar, con qué recursos y cómo hacemos los electores para medir los avances. Con eso me conformo.

Olvidémonos de que las elecciones del 2015 marquen alguna distancia con el proceso del 2011. La dinámica y complejidad de intereses no da para ninguna diferencia, ni siquiera de forma. El único ingrediente que puede alterar el maridaje electoral será lo que suceda con los procesos de postulación del año próximo; eso implica profundizar los desmanes y que pululen los personajes cuestionables como el perfil generalizado en los listados de candidatos, o bien contener esa espiral cuasi criminal y liberar algunos espacios para que participe gente decente. Lo sucedido en el 2011 es un mal precedente, especialmente si tomamos en cuenta que las reglas son tan laxas que en la actualidad tenemos a diputados y alcaldes ejerciendo funciones públicas, a pesar de que la normativa se lo impide.

Ese es el caso del diputado Augusto César Sandino Reyes, quien a pesar de su comprobada participación como contratista del Estado tomó posesión en el Congreso, y ahora pasa sus días inadvertido, como tránsfuga jugando a veleta que va donde lo lleva el aire. Les recuerdo a los magistrados del TSE que deben proceder con lo establecido en el expediente No. 1091-2013, de la Corte de Constitucionalidad, que tienen en su poder desde el 8 de agosto en el que se transmiten resoluciones emitidas en julio previo, en el sentido que deben corregir sus actuaciones anteriores donde omitieron dar audiencia al señor Reyes. A partir de cumplir con el debido proceso, se allana el camino para que asuma la diputación Eduardo Francisco López Fuentes, a quien en derecho le corresponde la curul. A pesar de lo tardío, el TSE deberá enmendar la situación antes de entregar los cargos en marzo próximo.

Publicado el 17 de octubre de 2013 en www.prensalibre.com por Renzo RENZO Lautaro Rosal 
http://www.prensalibre.com/opinion/enganos_0_1012698736.html

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