El caso de San José Nacahuil.
De no aclararse las causas, acerca de quiénes fueron los hechores y condiciones por las que sucedió la masacre en San José Nacahuil, no quisiéramos suponer que en Guatemala se han iniciado las masacres de jóvenes que son asesinados, mientras se divierten, en barrios aledaños a la capital, como ocurrió la semana pasada. Sin lugar a duda, tiene las mismas características de las masacres de inocentes que cometen en México los grupos de narcotraficantes cuando reaccionan a las capturas que el Gobierno hace de sus miembros o capos de un cartel. Escarmentar, impresionar con demencial violencia es su única finalidad.
Las autoridades del Ministerio de Gobernación, el Ministerio Público y los cuerpos de investigación de la Policía Nacional Civil nos deben una explicación, en la que su capacidad de investigadores informe, con hipótesis profesionales, cuáles son realmente los escenarios y las pistas con que se cuenta, dadas la intensidad de alevosía con que se cometieron las muertes y porque el rumor de que, de alguna manera, los miembros de la radiopatrulla de la Comisaría 12 están siendo implicados, de una o de otra manera.
También es importante que el Ministerio amplíe y explique mejor lo que ya el viceministro de Seguridad, Edy Juárez, ha comentado someramente. “Hace 20 días se conoció información de que pandillas estaban preparando un golpe muy fuerte”. Así lo manifestó. Sin embargo, nadie dio cualquier orden o señal para que se investigara el motivo de la denuncia. La no reacción tan claramente expuesta, solamente ejemplifica que la mayoría de las denuncias no tienen la protección ni la reacción esperada de las autoridades. También el mismo viceministro admitió que esa misma tarde, a las 6:30, recibieron otra llamada de ¡alerta!, pero que la radiopatrulla asignada, solamente merodeó por el lugar, y sus integrantes ingresaron a donde departían las víctimas y se retiraron. Desde otra perspectiva, algún indicio debe significar que los policías asignados y apostados en la plaza de San Pedro Ayampuc, como denuncian los vecinos, llegaron al lugar de la masacre una hora más tarde de cuando el vecindario escuchó los disparos.
Pienso que nuestras autoridades no debieran armar un espectáculo de dolor, exponiendo a los familiares de las víctimas a que expresen sus propias interpretaciones, como se observa en la foto de un matutino de ayer. Saben que hacerlo es solamente un desahogo para los familiares de las víctimas, o una alerta de pensamiento para los delincuentes. Las autoridades de Gobernación y los jefes policíacos no representan un tribunal. Los familiares y vecinos necesitan ser escuchados por los investigadores que respondan y no tergiversen sus declaraciones en sus informes. No quisiéramos que a cada tragedia sigan respondiendo con contenidos y dramatizaciones de los hechos. Exigimos que, en el caso de San José Nacahuil, nos den una explicación apegada a la verdad y no al encubrimiento, ni a la disolución de las pistas. Y si se investiga, y se concluye que se trató de una narcomasacre, que nos lo digan también, para saber dónde estamos deslizándonos como país.
Publicado el 13 de Septiembre 2013 en www.elperiodico.com.gt por Silvia Tejeda http://www.elperiodico.com.gt/es/20130913/opinion/234382/
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