Hacer patria

“Ni tiranos que escupan tu faz”

(Patriotismo es el sentimiento que vincula a un individuo con su patria). Entre banderas de diversas tonalidades de “azul bandera”, chalecos anaranjados, impunes atracos, pencas de bananos y recargas telefónicas en ventas de semáforo, hacemos patria. En este mes que resalta nuestro coyuntural “patriotismo”, las escuelas desengavetan su único recurso para celebrar la independencia: “trajes típicos”, bandas marciales, marimba, mercadito en el patio o concurso de poesía. De pensamiento crítico, ¡ni hablar!

La patria que tenemos está en harapos. Basta con leer las biografías del rosario de tiranos y saqueadores que han jurado, frente al azul del cielo asentado en la bandera, “lealtad a la patria”.

El gobierno “liberal” de Justo Rufino Barrios es buen un ejemplo de ello. Se llamaba “hijo del pueblo”, y juró trabajar por la libertad y la felicidad. Lo nombraron “ángel tutelar”, “benemérito libertador”, “valiente y previsor”, “abnegado y patriota”. Pero bajo semejantes apelativos, la codicia de el Patrón era insaciable. Desvalijó al país, dejando charcos de sangre, tiranía y dolor con su particular sabor a “progreso”.

Esos sucesos de nuestra historia, de injustificados fusilamientos, de dictaduras desbordadas han cimentado, lustro a lustro, eso que llamamos patria. No hemos sabido deshilar, desenmarañar el nudo de la madeja. Los rezagos del miedo siguen imperando. Los controles y asfixias a medios siguen asomando. La represión, solapada de aires de reforma, sigue mutando de eslogan en eslogan.

Un septiembre más. Bajo la misma lluvia que deja sus venas dibujadas en montañas. Bajo el mismo sol, que al ocultarse sigue escondiendo la miseria. Cuánta gente en la calle. Ni hablar de la niñez, de la educación, de la salud, de la migración, del hambre, de la juventud, de la canasta, de la vivienda, de la violencia. ¿Es esa la patria que anhelamos?

¡Patria es mucho más que abusos y corrupción!, es hacer ciudadanía; es luchar por el ejercicio y la restitución de nuestros derechos; es auditoría social; es indignación; es involucramiento; es aprender la historia; es responsabilidad; es romper patrones y redefinir nuestra identidad; es atrevernos a discutir el futuro que queremos; es hacer una nueva maqueta de país, en donde quepamos todos con bienestar; es respeto a la diversidad de todo tipo; es pluralismo; es más que la “reforma” planteada por falsos reformadores, que siguen asomando bajo las sombras de el Patrón.

Publicado el 04 de Septiembre 2013 en www.elperiodico.com.gt por Anabella Giracca
 http://www.elperiodico.com.gt/es/20130904/opinion/233950/

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