El vía crucis del magistrado

¿Quién es Juan Carlos Díaz, el investigador del CTI que ‘echó al agua’ a Iván Velásquez?

Parece que se le vino la noche al magistrado auxiliar de la Corte Suprema de Justicia Iván Velásquez Gómez. El jurista antioqueño, investigador estelar y coordinador de la estructura de apoyo de los procesos de la parapolítica, afronta la encrucijada judicial más problemática de su larga carrera como abogado y funcionario, por cuenta de sus presuntos excesos o irregularidades en el manejo de los expedientes que adelanta el alto tribunal.

El Espectador reveló en su edición del domingo pasado que la ex presidenta del Congreso Nancy Patricia Gutiérrez, luego de sostener una reunión el 11 de julio con el investigador del CTI de la Fiscalía Juan Carlos Díaz Rayo, denunció que el magistrado Velásquez estaba armando procesos a espaldas de los señalados por los declarantes en la Corte, violando los principios constitucionales al debido proceso, y que para ello sus testimonios eran tomados en el expediente 26.625, que es un proceso general al que no tienen acceso los abogados defensores de los congresistas indagados.

Lo grave de esta denuncia en contra del magistrado Velásquez es que, a diferencia de la de Tasmania, está sustentada en el testimonio que le entregó –inocentemente y sin percatarse de que lo estaban grabando– el agente del CTI Juan Carlos Díaz a la senadora uribista. El encuentro entre ambos ocurrió en la presidencia del Senado. Díaz iba a recoger unos documentos de orden contable que la parlamentaria quería anexar como prueba dentro del proceso preliminar que tiene en la Corte por sus presuntos nexos con grupos de autodefensa en Cundinamarca.

Fue en ese contexto que se dio la conversación que desató el escándalo, cuyo contenido fue anticipado por este diario el domingo. En esencia, la parlamentaria de Cambio Radical señaló que el magistrado Velásquez ha venido ordenando declaraciones de testigos sin la participación de los afectados o sus abogados, evitando que éstos pudieran controvertir las declaraciones. Velásquez le dijo a El Espectador el viernes pasado que no tiene fundamento la queja presentada por Gutiérrez, ya que no es él sino la Sala Penal de la Corte la que ordena las pruebas, y que el expediente 26.625 es una previa general “donde se reciben testimonios que en su inicio no están dirigidos a un congresista en particular”.

La senadora Gutiérrez dijo ayer que grabó a Juan Carlos Díaz porque éste le confesó que en los informes que él elaboraba para la Corte Suprema no podía poner cosas que favorecieran a los congresistas investigados. Esta denuncia se suma a otro episodio relacionado con el encuentro irregular que sostuvieron el pasado 5 de julio en Yopal (Casanare) el magistrado Velásquez, y los funcionarios del CTI Rafael Castiblanco y Juan Carlos Díaz, con dos potenciales testigos de la parapolítica: Betty Barreto y su hijo, Jimmy. Ambos trabajaron durante años con el jefe de las Autodefensas Campesinas del Casanare Héctor Buitrago, alias Martín Llanos.

El Espectador reveló que durante dicho encuentro los funcionarios le ofrecieron a Barreto y a su hijo aguardiente y que estuvieron en tres bares esa noche. Barreto, quien fue cocinera durante 23 años de Martín Llanos, confesó que el magistrado Velásquez le ofreció que si declaraba la sacaba de Yopal y la trasladaba a otra ciudad, y que si quería podía ser incluida en el programa de protección de testigos de la Fiscalía. Y que fueron los funcionarios quienes, al compás de las copas, le


preguntaron qué sabía del ex senador Germán Vargas. “Yo creo que ellos querían emborracharme para que yo hablara”, dijo Barreto, quien se negó a declarar.

Velásquez explicó que nunca hubo mala intención con la testigo, que estaba en un lugar público y que se tomó aguardiente, pero sin pretensión de embriagar a nadie. El Espectador conoció que la comisión de la Corte se desplazó a Yopal ese 5 de julio a escuchar a una testigo que tenía información de oídas de las supuestas relaciones entre Germán Vargas y Martín Llanos. Dicha declaración fue tomada en el cuestionado expediente 26.625 y fue esa mujer la que les referenció a los funcionarios que Betty Barreto y su hijo podrían ampliar su testimonio sobre estos hechos.

Fue así como, terminada la declaración de la testigo inicial, llevada a cabo en un juzgado de Yopal, los funcionarios empezaron a buscar a Betty Barreto, con quien sólo pudieron verse a las 7 de la noche en el restaurante Montecarlo. El encuentro duró hasta la medianoche, y según relató Barreto, consumieron varias botellas de aguardiente. El problema es que Germán Vargas Lleras renunció a su curul el 3 de junio pasado, es decir, un mes antes de que Velásquez, Díaz y Castiblanco viajaran a Yopal para indagar por sus supuestos nexos con las autodefensas del Casanare. Dicho de otra manera, ya no era competencia de la Corte sino de la Fiscalía investigar esos asuntos.

Pero, además, existe otro problema y es que el propio Velásquez le reconoció a El Espectador que en el encuentro con la señora Betty Barreto nunca se habló del contenido de su declaración, pero sí que ésta les sería entregada al día siguiente. ¿Cómo podía hacerlo si dicho testimonio no había sido ordenado por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia? En otras palabras, no sólo no podía la Corte estar preguntando por Germán Vargas Lleras, sino que el testimonio de Barreto no fue ordenado oficialmente por el alto tribunal. ¿Exceso o simple descuido investigativo?

En la mañana de ayer los magistrados titulares de la Corte Suprema de Justicia se reunieron  para analizar la información revelada por El Espectador. Y fueron llamados uno a uno los ocho magistrados auxiliares que integran la comisión de apoyo de los procesos de la parapolítica. En esencia, la pregunta para todos fue la misma: ¿Creen que el magistrado Iván Velásquez ha venido cometiendo excesos en los procesos? Una fuente cercana a la Corte le dijo a El Espectador que las opiniones de los juristas estaban divididas en este sentido.

Las revelaciones de Díaz

Pero, ¿quién es el investigador del CTI Juan Carlos Díaz Rayo, quien le expresó a la senadora Nancy Patricia Gutiérrez algunos de sus reparos sobre cómo se vienen llevando los procesos de la parapolítica? Nacido en Bogotá hace 33 años, Díaz es un condecorado investigador que ha venido asistiendo los procesos de la parapolítica desde que estalló el escándalo en


octubre de 2005. En principio dependía del despacho del entonces magistrado Álvaro Orlando Pérez y, junto al magistrado Iván Velásquez y su compañero en la Fiscalía Rafael Castiblanco, paso a paso fueron desentrañando los nexos de la política y el paramilitarismo en Colombia.

Díaz, abogado de la Universidad Libre, con especialización en Derecho Penal y cursos de anticorrupción e inteligencia, fue nombrado en mayo de 2000 como asistente judicial en el CTI y comenzó trabajando en procesos disciplinarios y control interno de la Dirección de Fiscalías de Bogotá. En 2002 fue ascendido a investigador en propiedad del CTI y rápidamente fue escalando por sus resultados operacionales. Laboró en el Grupo de Verificación, en la Secretaría Colectiva y por último fue coordinador del grupo del CTI destacado a la Unidad de Delitos contra la Propiedad Intelectual y los Derechos de Autor.

A principios de 2005 fue asignado a un grupo especial que trabaja de la mano con la Embajada Británica en la lucha contra la corrupción y en septiembre de ese año pasó a integrar la comisión de apoyo de la Corte, que hoy cuenta con 16 agentes del CTI y 9 magistrados auxiliares. Su trabajo ha sido vital para procesar a los casi 70 congresistas salpicados en el escándalo de la parapolítica. Parlamentarios de Sucre, Cesar, Córdoba, Magdalena y Antioquia han sido investigados por Juan Carlos Díaz y su colega de batallas, Rafael Castiblanco. Todo empezó con el expediente 26.118, sobre los políticos de Sucre.

Poco a poco, Juan Carlos Díaz, hoy en el centro del escándalo por sus revelaciones a la senadora Gutiérrez y por el episodio de Yopal con la testigo Betty Barreto, fue descubriendo los escandalosos tentáculos del paramilitarismo y la política. Sin embargo, junto con Velásquez afronta un momento difícil. Lo que le dijo a la congresista sobre los supuestos excesos del magistrado Velásquez revisten mucha más gravedad que el escándalo Tasmania, porque, como le dijo un penalista a este diario, Tasmania era un delincuente en busca de beneficios, mientras que Díaz era ni más ni menos que la mano derecha e investigador de confianza de Iván Velásquez.

Reacciones del Gobierno

Tras las revelaciones conocidas sobre presuntas irregularidades del magistrado Velásquez, el presidente Uribe se mostró preocupado y manifestó que “algún senador me ha expresado que ha sentido que le han querido pedir plata de sectores de la justicia. Yo le he dicho: ‘¿Por qué no lo denuncias?’. Y me ha dicho que ha sido de una manera tan sutil, que le parece difícil denunciar y que además teme hacerlo”. Así mismo, altos funcionarios del Gobierno señalaron: “¿Cómo es que un magistrado termina tomando trago con un posible testigo y sólo dice que fue una indelicadeza y nadie dice nada?”. Y agregaron que tienen la sensación de  sesgos en la justicia. “¿Por qué con una vara se mide a los políticos y con otra a la justicia?”, concluyeron.

Magistrado Velásquez, preocupado por montajes

El magistrado auxiliar de la Corte Suprema de Justicia Iván Velásquez se ha mostrado preocupado por los presuntos montajes que se estarían montando en su contra. En una entrevista que dio a Cecilia Orozco, manifestó que éstos tienen que ver con las pesquisas que adelanta en el tema de la parapolítica. “He tenido la sensación de que hay sectores del Gobierno y en general del Estado que están interesados en que las investigaciones no continúen”.

El magistrado estrella de la parapolítica afirmó que aún no está derrotado, a pesar de las denuncias que han instaurado ante la Fiscalía personas que temen que se les abra una investigación por nexos con los paramilitares.

Aseguró que teme por lo que les pueda ocurrir a él y a su familia, que al respecto ha recibido varias advertencias, como la que le hicieron el año pasado, donde lo alertaron de seguimientos y grabaciones que le hacían miembros del DAS. En ese momento los magistrados de la Corte Suprema tomaron el caso como una denuncia formal, porque estas acciones de inteligencia en contra de Velásquez podrían considerarse obstrucción a las actividades de la corporación.

 

 

 

Publicado el 11 de Agosto 2013 en www.m.elespectador.com por Editorial El Espectador 
http://m.elespectador.com/impreso/tema-del-dia/articuloimpreso-el-via-crucis-del-magistrado

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