Chalecos naranja contra el robo de celulares

La apuesta debiera ser el combate a los mercados ilegales.

A nivel urbano, el ilícito que más agobia a la población es el robo de celulares. Los estudios de incidencia criminal así lo demuestran. De acuerdo con el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), unos 333 celulares son robados al día. Entre las víctimas no hay distinción: automovilistas y peatones corren el mismo riesgo de ser asaltados. Lo más patético es que desde el 2011, los puntos rojos no han variado: El Obelisco, la Avenida Reforma, la 6a. avenida de la zona 9, la 4a. y 7a. avenida de la zona 1, y la Calzada Roosevelt siguen siendo el paraíso criminal.

 

Ante la crisis, el Gobierno recicla recetas del pasado. El Acuerdo 289-2013 obligará a los motociclistas a transitar por el carril derecho y a vestir un chaleco anaranjado. Sin embarco, a la luz de la experiencia, dicha normativa no asegura avances concretos en el combate al robo de celulares.

Hagamos memoria. Cuando en 2009 se obligó a los motociclistas a vestir de negro, las Policías Municipales adujeron falta de capacidad operativa para implementar la regulación y sancionar a los infractores. Esta vez, el Acuerdo amenaza con quitar la delegación del tránsito a aquellas munis que no velen por el cumplimiento de la norma. No obstante, sin una estrategia integral, de nada servirá el ordenamiento de los motoristas. Sin presencia policial en puntos rojos, sin una fuerza de reacción rápida o sin un sistema de cámaras de vigilancia, que no nos extrañe observar a uno que otro asaltante vestido de naranja.

Y aún si se reduce el fenómeno de los motoladrones, el modus operandi de las bandas seguramente migrará a asaltos a pie. De tal forma, reducir el robo de celulares no pasa por atacar los asaltos, sino combatir las dos causales estructurales del ilícito.

La primera, es la falta de certeza de castigo. Las escasas capturas no resultan efectivas, dada la ligereza de las penas y las limitaciones para perseguir el ilícito. Por ello resulta necesario dotar de más recursos a la Fuerza de Tarea y a la Fiscalía contra el Robo de Celulares. También resulta necesario tipificar el flasheo o la venta de aparatos robados. Otra alternativa es sancionar con más severidad la reincidencia criminal; o incluir el robo de celulares como delito de delincuencia organizada, lo que permitiría perseguir a dichas bandas por asociación ilícita.

La otra causal es la rentabilidad del crimen, producto del mercado de objetos robados. La ley de Registro Móvil aspira a imposibilitar la activación de terminales robadas vía la creación de un registro de terminales. No obstante, dos obstáculos se interponen frente a la ley: el impasse legislativo y la falta de acuerdo sobre la creación de un registro de usuarios. Combatir el mercado ilícito y la reactivación ilegal de celulares resulta más urgente que uniformar a los motoristas con chalecos naranja.

Publicado el 20 de Agosto 2013 en www.elperiodico.com.gt por Phillip Chicola
http://elperiodico.com.gt/es/20130820/opinion/233054/

 

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